Para muchos el sexo anal puede estar asociado a cuestiones desagradables, como el dolor o la materia fecal, que atentan contra un momento placentero. Esta adaptación de un artículo de opinión publicado por The Daily Californian se aventura a desarrollar y desmitificar estos aspectos negativos del placer anal.
Fuente: NotieSe
Todos poseemos un gran número de nervios que terminan en nuestra zona erógena rectal. Lo que viene a significar que cada uno de nosotros es físicamente capaz de disfrutar del sexo anal. Sin embargo, todavía hoy el sexo anal es visto como apropiado únicamente para homosexuales o mujeres aventureras. ¿Por qué no lo disfrutan todos con mayor frecuencia? ¿Por qué existen tabúes alrededor del sexo anal?
Nuestro ano tiene un papel muy importante en nuestra vida cotidiana, ya sea por placer o por necesidad. Sigmund Freud definía al tiempo de la infancia que va de los 18 meses hasta los tres años como la fase anal. Un tiempo en el que los infantes aprenden a controlar su zona anal.
La región anal incluye esfínteres internos y externos, el canal anal y el colon. El colon es el hogar de las heces y será la última parada que realizarás cuando practiques sexo anal. Pero no deberías preocuparte por ello: la materia fecal solamente estará presente en el canal anal cuando sea expulsada del organismo.
Los esfínteres anales no son elásticos. Así que, si estás preparado emocional y físicamente para disfrutar del sexo anal, asegúrate de tener lubricantes a mano. Asegúrate de que sea despacio y sé comunicativo con tu compañero para que disfruten cada paso. Caso contrario, podrían producirse daños, como fisuras anales, hemorroides, o incluso lesiones en los esfínteres (las cuales no son nada placenteras).
A pesar de que es un gran tabú, si lo superas, podrás descubrir que el sexo anal puede ser extremadamente placentero.
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Etiquetas: Salud sexo anal