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Ansiedad homosexual: cuando un hetero se obsesiona con que podría ser gay

Fuente: Ragap

La ‘ansiedad homosexual’ es un tipo de trastorno obsesivo compulsivo que lleva a un hombre hetero a dudar obsesivamente de su sexualidad.

La ‘ansiedad homosexual’ es un tipo de trastorno obsesivo compulsivo que lleva a un hombre hetero a dudar obsesivamente de su sexualidad.

Hay muchos hombres gays que viven con miedo de su propia sexualidad. Educados en un ambiente homófobo y cerrado, les cuesta admitir sus sentimientos y eso les provoca no poca ansiedad y sufrimiento psicológico. Pero estos casos, que son desgraciadamente comunes, crean confusión con otro trastorno totalmente distinto: existen hombres y mujeres heterosexuales que pueden acabar enfermos por la obsesión de que podrían ser gays sin que lo sean realmente.

Es lo que se conoce como ‘Ansiedad homosexual’, un tipo de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) que lleva a un hombre hetero a dudar obsesivamente de su sexualidad y que puede darse también perfectamente en el sentido opuesto: un gay que se obsesione con que en realidad podría ser hetero.

Sólo uno de cada diez pacientes diagnosticados con este trastorno resultan ser gays en el armario, según la experiencia de Jeff Szymanski, director de la Fundación Internacional del Trastorno Obsesivo Compulsivo. Sin embargo, la mayoría de ellos acaban tratados como personas que tienen un problema para aceptar su identidad sexual, por lo que los terapeutas piden una mayor investigación para distinguir ambos casos.

Los síntomas pueden llegar a ser muy parecidos. “Profesionales de la salud mental que no están familiarizados con el TOC pueden erróneamente atribuir los síntomas a una crisis de identidad sexual, provocando mayor estrés y confusión en el paciente. Es importante que los médicos identifiquen claramente esta manifestación de TOC. Son necesarias más investigaciones para cuantificar la prevalencia de la ansiedad homosexual y cómo tratarla mejor”, explica la psicóloga Monica Williams, de la Universidad de Virginia.

Para distinguir ambos trastornos, los expertos recomiendan medir la ansiedad con respecto a las relaciones homosexuales. La profesora Williams ha elaborado incluso una tabla con las sutiles distinciones, aunque advierte que la columna referida a una persona gay se refiere siempre a alguien que no tiene problemas con su sexualidad. “Una persona con homofobia internalizada usualmente tiene sentimientos positivos sobre la homosexualidad y disfrutará de las fantasías con el mismo sexo, mientras que una persona con TOC homosexual teme los pensamientos y los encuentra intrusivos. Las personas con TOC homosexual no ven coherencia entre la homosexualidad y sus deseos sexuales reales, aunque no tengan problemas con que otros sean gays”, explica Williams.

Pero los expertos advierten también de que parte del problema está en la homofobia presente socialmente. “Parte de la angustia debe seguramente ser social en origen. Asumámoslo: los gays siempre han sido una minoría oprimida en nuestra cultura, y pensar repentinamente que uno podría estar en esa situación y ser estigmatizado de este modo puede ser aterrador. La gente no se obsesiona generalmente con lo que encuentran positivo o placentero”, explica el psicólogo Fred Penzel, de la Fundación Internacional del Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Penzel señala otro elemento común en este tipo de obsesiones: “Una variación en la duda sobre la identidad sexual puede ser donde el pensamiento obsesivo se asienta en la idea de que la persona, sencillamente, nunca será capaz de averiguar realmente su identidad sexual”, señala Penzel, que también está de acuerdo en que estos pacientes no tienen por qué tener nada en contra de la homosexualidad, pero que se obsesionan con el tema y con tener que elegir. “Las dudas de algunas personas se complican más por tener experiencias como oír a alguien hablando o mirando en su dirección y pensar que estas personas pueden estar analizando su comportamiento o su apariencia y hablando entre sí acerca de cómo deben ser gays (o heteros)”, explica.

El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por una necesidad continua de estar seguros de algo que se manifiesta en comportamientos repetitivos y que a la persona nunca le bastan para quedarse tranquilos. Un caso clásico es el de quien está obsesionado por acabar con los gérmenes y se lavará las manos una y otra vez, o quien está convencido de que se ha dejado los grifos abiertos y necesita comprobar continuamente que están cerrados. En el caso de la ansiedad homosexual, el paciente está todo el tiempo buscando pruebas de que realmente son heteros, recordando todos los hechos posibles sobre el tema, mirando fotos de porno gay, para asegurarse de que no les gusta, asegurándose de que su comportamiento es lo más heterosexual posible y evitando cualquier muestra de afecto hacia alguien del mismo sexo. Incluso coqueteando con gente de su propio sexo para comprobar obsesivamente sus propias reacciones. O revisando una y otra vez cómo se comportaron en el pasado con personas de su mismo sexo.

El tratamiento es complicado, pero no difiere del que se realiza para otros trastornos del mismo tipo. Exponerse a aquello que les asusta y aprender a controlar la ansiedad que ello les produce. Eliminar, al fin y al cabo, la necesidad de estar seguros sobre el particular. Penzel incluye en la terapia el trato con personas LGBT y leer sobre el tema, exponerse a obras o situaciones de temática gay para aprender a superar la ansiedad que producen en el paciente. Este experto advierte que es normal sentirse excitados por imágenes sexuales, en general, sin que ello tenga que ver directamente con la identidad sexual.

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