Por Esteban Rico (SentidoG)

El actor colombiano Andrés Pabón Koch a la conquista del circuito teatral porteño y del activismo LGBTI.

Triunfar lejos de la ciudad que te vio nacer sin la compañía cercana de tu familia, sin tus amigos del barrio, colegio o facultad y sin los tan necesarios contactos que se requieren en un medio tan competitivo como la actuación, es realmente difícil.

Andrés Pabon Koch es de Medellín, la segunda ciudad más importante de Colombia, una gran metrópolis que supo sacarse el estigma de ciudad peligrosa de los tiempos crudos del narcotráfico. Hoy, no sólo la ciudad es orgullo de millones de colombianos sino que su gente, llamados cariñosamente “los paisas”, son símbolo de empuje y constancia. Dos características que seguramente trajo consigo este joven actor colombiano, quien decidido a triunfar, dejó atrás sus estudios de literatura y periodismo y se metió de lleno al implacable mundo de la actuación.

La pasión por el teatro

Atrás quedaron las representaciones infantiles en el prestigioso Pequeño Teatro de Medellín. En Buenos Aires su primera obra fue El Club (Diego Beares, 2012/2013), casi un volver a empezar. Aunque fue un papel más bien chico, le permitiría abrir las puertas para entrar en contacto con el ambiente teatral porteño. Mientras avanzaban las funciones de la obra que estuvo casi ocho meses en cartel, Andrés profundizaba sus estudios actorales, primero con Nora Moseinco y luego con el gran maestro de maestros Augusto Fernándes.

Poco tiempo después vendría un esperado desafío: Del Amor y otras Histerias (Paul Caballero, 2013), su primer gran protagónico. Una comedia dramática de temática gay con largos textos llenos de humor negro y una puesta actoralmente exigente que le obligaba a transitar los vericuetos de una relación amorosa con risas, enojos y llantos. Acompañado por Pablo Spagnoli y Nicolás Tous, se conformó una exitosa triada que los llevaría después de dos temporadas en Buenos Aires a presentarse a sala llena en Montevideo, Uruguay.

En su camino actoral ha recorrido diferentes estilos que van desde el teatro clásico con Medea (Juan Cruz Argento, 2014) hasta el llamado “teatro físico” que hoy lo tiene como una de las piezas centrales de la polémica obra OrguYo (Leticia Bredice, 2014), con una impactante puesta en escena bajo la dirección de Cristian Morales.

Las puertas de la tele

Andrés tuvo sus primeros contactos con la televisión en TeleAntioquia, apenas salido de la pubertad, logró destacarse en el mítico programa juvenil: Sólo para Adolescentes, un referente para los más jóvenes de su tierra. Pasarían casi diez años de esa aventura mediática, cuando en 2014 logró su primer protagónico televisivo como actor en la serie de la TDA, Cuatro de Copas acompañado por Julio Duplaá. Andrés le da identidad a Carlos, un paisa que viaja a Buenos Aires a conocer más del mundo del tango, como parte del legado de su abuelo en un docureality de los mismos productores del ya legendario Ser Urbano.

Un aporte a nuestra comunidad LGBTI

En paralelo con su trabajo actoral, Andrés se interesó por el reconocimiento de los derechos LGBTI en nuestro país. Después de muchas jornadas de trabajo, se convirtió en la columna vertebral de la Campaña Más Inclusión/Sin Bullying que convocó en dos años figuras de la talla de Leo Sbaraglia, Dolores Fonzi, Pablo Martínez, Leo Bosio, Malena Sanchez, Santiago Magariños, entre otros.

Con un perfil muy bajo, lejos de los lugares más conocidos de la militancia LGBTI, su aporte con este campaña busca generar espacios de discusión al interior de las escuelas donde se presenten casos de hostigamiento a chicos y chicas por causa de su orientación sexual o identidad de género.

A sus escasos 28 años aun tiene un largo camino por recorrer. Por lo pronto sabemos que está en pareja desde hace dos años, sigue formándose actoralmente y tiene proyectos para seguir haciendo teatro y una película en este 2015 que recién comienza. En SentidoG le seguiremos la pista.

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