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Historia del sexo anal

Fuente: Fertilab

La historia del sexo anal a través de las épocas, de la precolombina a la actualidad.

La historia del sexo anal a través de las épocas, de la precolombina a la actualidad.

Esta práctica ha sido condenada en los últimos dos mil años y lo largo de la historia, el sexo anal ha adquirido connotaciones negativas y ha sido rodeada de un halo de misterio y secretismo.

La persistencia del tabú a lo largo de los siglos ha difundido la idea de que el coito anal sería “antinatural”, frente al coito vaginal. Se consideraba como algo de bajo instinto, algo vergonzoso y censurable que únicamente respondía a una tentación, al vicio, al pecado.

El sexo anal no era una práctica exclusivamente gay, sino que ha sido explorada desde la Antigüedad, por personas de ambos sexos en diferentes culturas.

También era frecuente en culturas primitivas heterosexuales como práctica durante períodos menstruales. Hay que considerar que la sexualidad humana no tiene fines más amplios que el meramente reproductivo. En este sentido el sexo anal, como cualquier otra forma de sexualidad voluntaria, es o debería ser una elección personal: la pareja es quien decide lo que es o no aceptable.

 

Precolombinas

Entre las civilizaciones precolombinas es difícil encontrar datos fehacientes sobre el tema, pero por ciertas producciones artístico-ornamentales, como es el caso de los huacos eróticos de Perú, se puede concluir que el sexo anal era tolerado.

Un huaco es una pieza cerámica de factura delicada y de características estéticas notables, producida por alguna cultura precolombina de los Andes centrales (epoca procolombina del Peru de 300 a.C.). Los Wari, Nazcas y los Mochicas, fueron unos de los mejores trabajadores de huacos, junto a los quienes pasaron a la historia, entre otros, por sus notables trabajos en cerámicas.

Las representaciones eróticas son normales en la cerámica Moche entre ellas, la más frecuente, es del coito anal, el fellatio y el cunnilingus. Son siempre escenas de gran expresividad reflejadas con naturalidad y que pueden entenderse dentro de un contexto de representación de actividades de toda índole, típico de esta cultura.
Egipto

Es tal vez, la pareja homosexual más documentada en la historia antigua y en 1964 se descubrió una tumba donde se representaban escenas de la vida cotidiana. Estas eran parejas de altos funcionarios de la corte (Nianjjnum y Jnumhote) y que se estaban abrazando afectuosamente.

Las imágenes de estos dos hombres en la tumba eran muy similares a las de matrimonios encontrados en otras tumbas del mismo período, y no podemos sino sospechar que los jeroglíficos homosexuales fueron muy abundantes.

No existen otras fuentes claras para la homosexualidad en el antiguo Egipto. Existen algunas representaciones eróticas, que quizás representen relaciones homosexuales entre hombres, pero estas representaciones no son lo suficientemente detalladas y, por lo tanto, no son seguras.

 

Grecia

El otro aspecto de la sexualidad griega se centró en la homosexualidad. Los hombres adultos tenían el derecho a prostituirse y si su cliente era extranjero, se podían alquilar en calidad de mancebos por un buen salario. La homosexualidad masculina estaba muy extendida en toda Grecia y se consideraba normal que un muchacho joven de 13 y 17 años, fuera el amante de un hombre mayor, el cual se ocupaba de la educación política, social, científica y moral del amado.

Sin embargo, se consideraba más extraño que dos hombres adultos mantuviesen una relación amorosa. Cabe destacar el hecho de que ser “pasivo” no era bien visto socialmente, pues se consideraba que serlo significaba ser intelectualmente inferior, más inexperto y que asumía un rol “activo”.

 

Roma

La representación de actos sexuales en el arte romano es muy corriente, aunque han conservado muchas más escenas heterosexuales que homosexuales. Esto aumenta la singularidad de la copa Warren, que una copa de plata romano decorada con representaciones dos actos sexuales entre hombres.

Aunque en Roma no estaba permitido ni bien visto, que un ciudadano romano mantuviera sexo anal con otro ciudadano romano, era relativamente frecuente que un hombre penetrara a un esclavo o a un joven, mientras que lo contrario, era considerado una desgracia.

Esto no era condenado, se tienen múltiples referencias sobre las relaciones homosexuales mantenidas por muchos emperadores, como Marco Antonio y Augusto César, que tenían amantes masculinos. Estas relaciones mantenían unas reglas muy precisas, en la pareja homosexual, siempre existía un amo y un sometido, siendo estos últimos generalmente jóvenes de clase social inferior o esclavos.

 

La Biblia

El origen del término “sodomía” proveniente de Sodoma, ciudad de Canaán, donde se quiere sostener que el pasaje de Génesis 19, 5, en la Biblia, no tiene que ver con homosexualidad.

La palabra “sodomía”, aun se hoy usa en el lenguaje legal o médico de algunos lugares del mundo, definiendo la relación sexual entre varones. Algunos ven en él un acto perverso y contra natura.

El Diccionario del Patrimonio Americano (American Heritage Dictionary) define “sodomía” como:

“cualquiera de las diferentes formas de relación sexual consideradas como innaturales o anormales, especialmente la relación anal o la bestialidad”.

El episodio completo de la destrucción de Sodoma y Gomorra abarca los capítulos 18 y 19 del Génesis. Sodoma es mencionada expresamente 46 veces en la Biblia y representa la perversión humana en muchas formas. Fueron parte de un jardín antes de ser destruida, luego de lo cual serán referencias típicas de ciudades de malvados y no solamente por la homosexualidad de sus habitantes, sino por muchas cosas, comenzando por el descaro de ufanarse de sus pecados. Las autoridades religiosas o laicas lo han condenado con frecuencia. Determinadas religiones consideran el coito únicamente como un medio de reproducción, por lo que condenan el sexo anal.

Edad media

El sexo anal ha sido considerado tabú en muchos países occidentales desde la Edad Media, cuando se rumoreaba que miembros varones de movimientos heréticos lo practicaban entre ellos. En el siglo VI d.C. el Imperio Romano proscribió la homosexualidad. Esto se debió en gran parte a la influencia de la Cristiandad.

El Cristianismo se volvió la religión de moda, del mismo modo las religiones que animaban la prostitución masculina y femenina, también fueron prohibidas en el imperio. Durante la Edad Media, la mayoría de los clérigos cristianos no eran del todo célibes, pero las órdenes más elevadas de algunos credos heréticos eran lo que generaba el rumor de su atracción hacia miembros de su mismo sexo.

La Iglesia reguló la frecuencia sexual dentro del matrimonio, de forma que las parejas debían abstenerse cuarenta días antes de Navidad, los ocho posteriores a Pentecostés, los miércoles, viernes y domingos, las fiestas religiosas, los días de ayuno, cinco días antes de la Comunión y uno después: en total, unos ocho meses al año.

Ello favoreció el concubinato y la asistencia a prostíbulos. La homosexualidad femenina se llegó a permitir, a diferencia de la masculina, cuya práctica fue severamente reprimida. El sexo anal era considerado “contra natura” dado que, por tradición religiosa, era considerado como natural sólo aquello que no tenía fines reproductivos.

 

Renacimiento – siglo XVII

Durante mucho tiempo fue considerada en algunos países como un delito, aún si se practicaba dentro del matrimonio. Todo lo que se salía de esos cánones, era visto como pecaminoso; por ejemplo, se decía que los pactos con el demonio se sellaban con un coito anal o beso en las nalgas.

Llama la atención que distintos países atribuían a sus vecinos esta práctica como si fuera algo ajeno y extraño: así los franceses hablaban del “vicio inglés” y los ingleses del “vicio francés”, y los árabes del “vicio persa” y viceversa.

En muchas situaciones se usaba esta práctica para preservar la virginidad y evitar embarazos indeseados y así practicar el sexo anal. Además del Marqués de Sade, muchos autores como Bocaccio, Chaucer, Petronio o Rabelais, han descrito este tipo de prácticas en sus inolvidables obras. Hoy no se acepta el término de “antinatural” ni el de “contranatura”, para las prácticas con penetración anal, viéndolas como un juego erótico o variante.
Época contemporánea

En el continente americano, especialmente en Brasil, era una práctica frecuente entre las jóvenes, para conservar la virginidad y evitar el embarazo con la práctica del sexo anal. Asimismo, los movimientos juveniles de la década de 1960 y la transformación política y económica del momento, propiciaron la ruptura de la ortodoxia sexual impuesta por la religión. Se produce entonces la exaltación del erotismo, del amor libre y de la no represión.

Sin embargo, todavía en los años 50 y 60, sociedades tan conservadoras como la norteamericana, quedaron conmocionadas con la aparición de diversos estudios sexo lógicos, tales como el Informe Kinsey y los de Masters y Johnson, donde una de cada dos mujeres se declara partidaria de la penetración anal.

Estos revelaban, entre otras cosas, el hecho de que en la sociedad se habían extendido ciertas prácticas sexuales como la felación o el sexo anal, prohibidos por la ley en algunos Estados. A pesar de las reacciones en contra, se implantó de forma progresiva un nuevo concepto de sexualidad y unas actitudes más permisivas al respecto, e incluso cierta promiscuidad en los años 80.
Prevención del SIDA

Pero la aparición del SIDA, como enfermedad de transmisión sexual, dio lugar a un nuevo enfoque en relación con las relaciones anales, tendente a recomendar la adopción de las precauciones necesarias, tales como el uso del preservativo o la realización del acto sexual exclusivamente con una pareja estable.

Numerosas parejas practican el sexo anal como “método anticonceptivo “, que es también una alternativa en el caso de reglas prolongadas o abundantes. Sin embargo, existen riesgos de embarazo: el esperma que sale del ano puede deslizarse hacia la vagina, sobre todo en la posición del perrito o a cuatro patas.

Pero los planteamientos sobre sexualidad varían enormemente en función de las diversas culturas, sociedades y religiones, y aunque en muchos lugares se ha conseguido eliminar la mayoría de los tabúes existentes e implantar una formación en materia sexual, todavía hay países en los que queda un largo camino por recorrer, para considerar la sexualidad humana en todas sus dimensiones.

Actualmente, el sexo anal está considerado una de las prácticas sexuales más extendidas en parejas homosexuales y algunas heterosexuales. Diversos estudios revelan que, hoy en día, mujeres y hombres confiesan disfrutar del sexo anal. Aproximadamente entre el 40-50% de las parejas heterosexuales lo han intentado al menos una vez y, según atendamos a unos u otros estudios, entre el 10 y el 20% de parejas lo practican con regularidad.

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