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Prohibido ser gay en mi cuadra: ataque homofóbico en el barrio de Colegiales

Fuente: Cosecha Roja

Una pareja y su amigo esperaban en la esquina del teatro Vorterix cuando fueron atacados por ocho hombres a golpes de puño y cinturonazos.

Una pareja y su amigo esperaban en la esquina del teatro Vorterix cuando fueron atacados por ocho hombres a golpes de puño y cinturonazos.

Sucedió el sábado por la mañana. Una pareja y su amigo esperaban en la esquina del teatro Vorterix, en el barrio de Colegiales, Ciudad de Buenos Aires, cuando fueron atacados por ocho hombres a golpes de puño y cinturonazos. ¿El motivo? Uno de ellos, Germán Tosto, le había acariciado el pelo a su novio. Esto es lo que escribrió Germán en su cuenta de Facebook.

“Hoy por la mañana esperaba junto a mi pareja y un amigo en la esquina de Federico Lacroze y Delgado. Un grupo de ocho tipos cruzó la calle a decirnos que en cinco segundos desaparezcamos, “putos”. Aparentemente hubo insultos previos porque yo le acariciaba el pelo. Mi amigo los escuchó, yo no.”

“Siguió otra amenaza, otro insulto. Uno dijo que no iba a permitir que se toquen dos tipos en su cuadra. Tras eso, una piña en la mandíbula y otra y la hebilla del cinturón de otro en las costillas y en el brazo. Salvo por un señor que se puso al lado de Mateo para que no lo buscarán a él, las personas presentes (al menos 15) no hicieron nada. Llamé yo al 911 mientras nos seguían mirando desde la esquina de “su cuadra” (una cuadra de hijos de puta heteronormativos, violentos, retrógrados, impunes, educados en lo más nauseabundo que tenemos como sociedad).”

“Cuando llegó la policía con su tardanza ya folklórica, apenas se habían alejado media cuadra. Los señalamos y entre demoras por una burocracia aparentemente necesaria, sólo detuvieron a tres del grupo. Más tarde llegaron otros tres patrulleros con su imponente inutilidad. De ahí en más, empezaron a mostrarse los hilos más finos y más sutiles de la mierda que nos atraviesa: una sola denuncia (la mía) porque sólo se consideran las lesiones y los demás son testigos (ahorro en estadísticas oficiales quizás o minimizar la responsabilidad de acción a la marca del cuerpo que no se puede tapar).”

‘Yo tengo dos amigos como vos, son buena gente’, dijo el subteniente. Qué suerte que compensamos el ser putos con ser buenos. El informe médico legal hay que hacerlo en Azopardo 670 y tras hacer el viaje para lograr la difícil tarea de que haya alguna huella de lo ocurrido, me dicen que no hay médicos hasta el lunes (léase, procuren hacerse cagar a trompadas durante la semana). De yapa, el comentario muy esperanzador del subteniente: ‘están demorados, pero por simples lesiones el juez los suelta y yo no puedo hacer nada’ (en la semana y que corra sangre en serio entonces).”

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