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Opinión: Por qué RuPaul no es el mejor aliado del colectivo LGBT

Por Lucas Gutiérrez (Medium)

Es innegable el aporte que le brindó este show a la diversidad. Sin duda. Pero no por eso podemos ignorar estos puntos que detallo. ¿Quieren hablar de racismo? ¿Ya no quieren que les toque a su RuPaul? Es interesante la observación que hizo hace poco la ganadora de la soporífera temporada 8 al respecto. En un tuit Bob the drag queen comentó como las reinas blancas y delgadas tienen millones de seguidores en redes, no así el resto. Entonces en toda esta crítica es importante mirar al fandom, mirarnos. No vaya a ser cosa que se nos caigan los privilegios al repensarnos.

Pasaron 10 temporadas y 3 All Stars y lo novedoso y todo lo aportado a la visibilidad y construcción de una sociedad más abierta hace rato empezó a teñirse de normatividad. ¡Qué difícil ser críticos con algo que nos gusta (o nos gustó) tanto, ¿no?! Tanto así que por esto que pienso me ganaré un par de insultos. En fin… nada nuevo bajo los reflectores del pinkwashing y la improbabilidad de replantearse los privilegios.

En febrero de 2009 arrancó la temporada 1 de RuPaul’s Drag Race y desde entonces es celebratorio como esta diversidad se fue metiendo en tantos hogares que quizás nunca habían saboreado el arco iris de la no heterosexualidad. Incluso para muchos la palabra drag era algo nuevo. Season tras season, RuPaul fue creciendo hasta llegar a canales más mainstream. Sin lugar a duda muchas cabezas se abrieron y volaron pelucas a lo Roxxxy Andrews en su icónico wig ruveal. Ahora… ¿alcanza esto para no marcar lo negativo del show?

 

Lo que sobran son motivos

Tardamos mucho en darnos cuenta que RuPaul era transfóbico. Quizás debimos notarlo cuando a las personas trans las obligaban a castear como varones y luego en medio del show revelaban su identidad trans. Lágrimas, struggle, drama y los productores felices al ritmo del rating. O cuando RuPaul Charles, productor y creador del show, salió a decir que una mujer trans que se haya realizado operaciones no podría ser parte del show. O cuando nos cae la ficha que en 13 temporadas todos los concursantes ingresan como cisvarones. Cuando todo eso aparece como ruvealed en medio de la runway, mínimo deberíamos llamarnos al debate.

Rupaul habla de cuerpos intervenidos quirúrgicamente en término de por ejemplo operaciones de pechos. Dijo que no hubiese aceptado a la participante trans Peppermit si los hubiese tenido. Pero claro… las operaciones de culo, cara, cadera y más de otras queens -que se presentan como cis varones- al no ser tan “de mujer” (mil comillas porque ¿qué significa que es de mujer?) sí son aceptadas. Transfobia y misoginia en una double feature runway.

Por que acá nada de “vamos las pibas”. En 10 temporadas una cis mujer jamás fue casteada. Cuando a Ru le preguntaron por female drag queens ella respondió que ellas ya tenían Miss Universo. ¡¡¡AY SÍ CLARO COMO NO RUPOL!!! ¡¡¡EZAH MIZOJÍNIA NO TE LA ROBO AMEX!!!

Y luego, pensar en drag kings, en varones trans, salirse del binarismo, hablar de gender fluid… estoy pidiendo demasiado, lo sé.

 

Que nadie se queje, sonriamos todx a ver si todavía perdemos un contrato

Atrás quedan los reclamos de Carmen Carrera, participante de la temporada 3 quien al salir del show comenzó su transición, pidiendo que saquen del show la frase You’ve got she-mail. Ella consideraba ofensivo el juego de palabras con shemale, un peyorativo bastante ofensivo para hablar de personas trans. Cuando Carrera comentó esto, el fandom y varias participantes deslegitimaron su reclamo. Porque si alguien se siente ofendidx y lo expone alcanza con decirle que está mal o que está locx, ¿no? Finalmente el show retiró la catchphrase y Carmen Carrera recibió todo el odio por parte de los fans en redes sociales. Lo que podría haber sido un espacio de charla sobre términos y cómo usarlos se volvió en atacar a la persona que se sintió vulnerada. Mucha sororidrag no hubo.

También hemos tenido que hacer un gran esfuerzo a través de este tiempo en hacernos los idiotas y ponerle mucha voluntad en negar la gordofobia del show. Alcanza con mirar un compilado de readings, esa instancia donde las queens critican a sus compañeras, y notaremos que todo lo que no roza la anorexia es motivo de chiste. Ni hablar de las devoluciones del jurado que celebran las formas en ocho y critican los ceros. Me imagino que para esta altura ya me odian y soy un exagerado y siguen leyendo para luego poder criticarme más. Agradezco igual que sigan acá, mi intención jamás fue agradarles.

Es innegable el aporte que le brindó este show a la diversidad. Sin duda. Pero no por eso podemos ignorar estos puntos que detallo. ¿Quieren hablar de racismo? ¿Ya no quieren que les toque a su RuPaul? Es interesante la observación que hizo hace poco la ganadora de la soporífera temporada 8 al respecto. En un tuit Bob the Drag Queen comentó como las reinas blancas y delgadas tienen millones de seguidores en redes, no así el resto. Entonces en toda esta crítica es importante mirar al fandom, mirarnos. No vaya a ser cosa que se nos caigan los privilegios al repensarnos.

No son trolls, son personas en su mayoría pertenecientes al colectivo LGBT atacando a los y las participantes. Y fueron lxs queens participantes quienes se hicieron cargo al decir que entre ellxs es que deben parar a estos haters. Quejarse de RuPaul y del show es hacerse cargo y repensarnos nosotrxs, quienes empoderamos y bancamos todo esto.

 

“El show de Rupaul, las reglas de RuPaul” como mantra para justificar toda la mierda

El show hace agua por varios lados. Critica a Trump y celebra a los militares estadounidenses llevándolos al show y haciéndonos poco más que amemos a un ex-marine. ¿Really queen? Celebra constantemente cuerpos hegemónicos, la feminidad binaria, el pink market, ok… ¿ya me puse denso? Y bue.

Es innegable la apertura mental que nos trajo este show. Hace 9 años hablar de VIH en TV como lo hizo Ongina o la salida del trans-closet de Mónica Beverly Hillz fueron hechos que nos ayudaron a crecer. Ahora… 2018 y RuPaul diciendo que las personas trans no podrían participar en el show… No.

Si hay algo que trajo la temporada 10 y ya no permitirá pararnos igual fue la llegada de The Vixen. Esta participante entró diciendo que llegó para pelear y así fue. Tanto que en la reunión, cuando RuPaul le dijo que a veces era mejor quedarse callada en lugar de hablar y revelar la hipocresía entre dos compañeras, tanto que cuando todxs hablaban de su actitud pero no decían nada sobre el rol que tuvo Eureka O’Hara en sus peleas, tanto que todo esto hizo que se parase y se fuese. ¡Y eso que fue con un outfit de rubia y delgada como le gusta a Mama Ru!

Luego del encontronazo, Asia O’Hara (no hay parentesco con Eureka) reclamó entre lágrimas que hacemos mucho alarde del mes del orgullo, pero luego de hablar tanto de apoyarnos en la comunidad nadie salía a buscar a The Vixen, ni siquiera ella misma. La respuesta de RuPaul fue demagogia pura y el silencio de las queens fue complicidad que duele. Claramente ninguna quiere que se le termine la popularidad, que las dejen de llamar por conflictivas y demás. Pero bueno, parece que luego le mandaron mensaje a la queen que se levantó y se fue…

 

Todas somos queens

Al final del día, toda la mierda del show no es más que un reflejo de nosotrxs mismxs como “comunidad”. La hipocresía, los trolls, el decirnos solidarias y dar la espalda, exigir “basta de discriminación” y luego si no sos flaco, musculosx, hegemónico, ya nada vale. Qué lejos flamea la bandera arco iris de nuestro cotidiano, ¿no?

Para esta parte del texto ya deben estar todxs arrancándose el lace front. Todxs indignadxs. Perdón, para mí no es nada fácil hacerme cargo de lo muy el pelotudo que me vengo haciendo hace rato. Este es mi camino. Y la pregunta ahora es: ¿voy a dejar de mirar el show? Y la respuesta es: no.

Tengo muy en claro que lo que sí cambiará es mi rol en el fandom. Que voy a seguir descubriendo drag queens y mirando el programa, pero así como di de baja mi suscripción al proveedor que lo distribuye, encontraré la manera más a favor de mi placer de descubrir nuevas artistas que lo que sume en las arcas de RuPaul. Y a RuPaul esto no le va cambiar absolutamente en nada, pero bueno, capaz me haga sentir menos careta. #not.

Gracias a este show mucho ha cambiado en la diversidad. Sin duda, los panoramas drag locales crecieron, muchxs nos envalentonamos a perfomar este arte, conocimos artistas increibles y nos encontramos en charlas y debates hermosxs sobre esto. Aguante.

Pero en esta instancia me parece importante poder permitirnos pensar y repensar lo que consumimos y desde dónde. Podemos seguir mirando el show con conciencia de clase y demás. No creo en la frase reductiva de “es solo un show de TV” porque tras esta se refugian dardos muy dañinos hacia una comunidad que ya recibe mucho dolor desde el afuera.

Consumo crítico y consciente. Desidelaizar. Y no temer nunca a decir: “tu ídolo resultó ser una mierda”.

Mientras tanto hoy Asia O’Hara respondió a por qué estaba asistiendo a eventos con su rostro tapado. La finalista explicó que llega un momento en que las queens que no pertenecen a las mayorías comienzan a desaparecer para los y las fans. “Cubrir mi cara es una representación física de cómo sentía que estaba siendo percibida”, concluyó esta legendary queen.

Mientras el mundo sigue girando, RuPaul sigue facturando y siendo endiosada por una comunidad que se niega a un mínimo de autocrítica, las drags locales ponen mucho esfuerzo en un show y nosotrxs terminamos yendo a pagar 5 veces más por las extranjeras. Mientras todo eso pasa, la frase que siempre me suena es la de un tuit que clavó la siempre asertiva participante de la temporada 9, Kim Chi: “Si podés nombrar cada queen de Drag Race pero no podés nombrar diez queens locales, vos sos fan de Drag Race, no del drag”. Shantay you stay a esta frase.

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