El Papa Francisco ha destituido a un obispo de Texas que se ha convertido en una voz destacada en el movimiento de extrema derecha post-Trump. La rara y dramática medida se tomó después de una investigación del Vaticano sobre su comportamiento.
El obispo Joseph Strickland, un favorito de la multitud súper MAGA y de la derecha religiosa, fue despedido después de que le pidieran que renunciara a principios de semana. El se negó.
Strickland se había convertido en uno de los principales críticos del Pontífice, declarando que el Papa era demasiado liberal en cuestiones como las personas LGBTQ+, el divorcio y el papel de la mujer en la Iglesia. También se mostró ofendido por la decisión del Vaticano de que la misa debería celebrarse en el idioma nativo de un país en lugar de en latín.
Después de que le preguntaran repetidamente al Papa sobre el papel de las personas LGBTQ+ en la Iglesia y en qué medida deberían ser aceptadas, dijo que era una “parodia” que siquiera se hicieran esas preguntas.
Con un gran número de seguidores en las redes sociales, un programa de radio y apariciones frecuentes en medios conservadores, el ex obispo pasaba regularmente tanto tiempo denigrando al Papa como intentando salvar almas.
El año pasado acusó al Papa de intentar socavar la fe católica en su programa de radio. Supuestamente citó a “un amigo anónimo” que acusó al Papa de ser un “usurpador” que ha “puesto en peligro las almas al proclamar que están justificadas ante Dios tal como son, sin necesidad de arrepentimiento”.
“¿Cómo puedes dejarlo en el cargo después de eso?” Preguntó el reverendo Timothy Kelly, pastor de la Iglesia Católica del Espíritu Santo en la diócesis del este de Texas del ex obispo. “No puedes”.
Después de que se anunció la decisión de despedir al líder de la iglesia ferozmente anti-LGBTQ+, otros medios de comunicación de extrema derecha retomaron el tema apóstata.
“¿Qué pasaría si un hombre quisiera ser Papa no para edificar el cuerpo de Cristo sino para dividir el cuerpo de Cristo?” preguntó el podcaster conservador Taylor Marshall durante una transmisión en vivo poco después del anuncio.
La decisión no significa que Strickland desaparecerá silenciosamente o perderá influencia dentro del movimiento de derecha religiosa. Tiene más seguidores en Twitter que feligreses en la parte escasamente poblada pero enormemente conservadora de Texas que dirigió.
La zona es una de las más anti-LGBTQ+ del país y votó abrumadoramente a favor del expresidente Donald Trump.
