Un hombre en North Lauderdale, Florida, está detenido con una fianza de 15.000 dólares por arrojar dos mangos y una piedra a su vecino de al lado, que pensaba que era gay.
Según un informe publicado el miércoles por la Oficina del Sheriff del condado de Broward, Charles Oliver Lovekin, de 61 años, fue el presunto agresor que empuñaba frutas en el ataque.
El incidente ocurrió cuando su vecino de al lado se acercó a Lovekin, propietario de un árbol de mango, después de que una fruta del árbol de hoja perenne tropical cayera en su patio e hiciera un fuerte ruido.
Más tarde, Lovekin le dijo a la policía: “Me sentí incómodo por la forma en que me miraba”.
“Pensé que era gay”, explicó.
Los alguaciles dicen que el incidente se intensificó cuando Lovekin se enfureció y comenzó a insultar al vecino, gritando que era un “gay” y un “hijo de puta”.
Fue entonces cuando Lovekin le arrojó el primer mango al hombre.
Ese mango falló. Un segundo golpeó al vecino en el pecho.
La víctima, que está casada con una mujer y tiene hijos, dijo a las autoridades que toma anticoagulantes.
Lovekin también le arrojó una piedra al hombre, que el vecino esquivó. Fue entonces cuando el vecino llamó al 911.
Cuando los ayudantes del sheriff llegaron al lugar, Lovekin no se arrepintió.
“Le tiré los mangos porque pensé que era gay”, dijo a los oficiales. “Me sentí incómodo por la forma en que me miraba, así que le lancé los mangos y la piedra”.
Hasta el miércoles, Lovekin seguía tras las rejas. Se enfrenta a cargos de agresión agravada con arma mortal, agresión que causa daños corporales, cometer un delito grave de tercer grado con evidencia de prejuicio y cometer un delito menor de primer grado con evidencia de prejuicio.
Está detenido con una fianza de 15.000 dólares.
Un juez ordenó a Lovekin someterse a vigilancia electrónica y no tener contacto con su vecino.
Según Fairchild Tropical Botanic Garden, en Miami, la temporada de mangos de Florida suele comenzar en mayo y terminar en octubre.
“Durante estos meses cálidos y soleados, el sur de Florida se convierte en un paraíso para los mangos a medida que sus huertos comienzan a producir frutas tropicales”, escribieron los expertos botánicos del jardín.
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