Una vigilia que exige justicia por la mujer trans asesinada Sara Millerey González ha sido celebrada en la capital de Colombia.
Millerey González, de 32 años, vivía en Bello, Antioquia en el noroeste de Colombia, y fue asesinado durante el primer fin de semana de abril. Después de ser violada, sus piernas y brazos estaban rotos y fue arrojada a la corriente de La García.
Según las autoridades, los bomberos y la policía la rescataron del agua y la policía y la transportaron al hospital más cercano, pero murieron el 5 de abril.
Los clips de su lucha en el agua fueron filmados por vecinos y transeúntes y compartidos en las redes sociales en los días posteriores. Muchos de estos videos desgarradores permanecen en vivo en varias plataformas de redes sociales.
La muerte violenta de Millerey, el número 25 queer en el país en lo que va del año, ha provocado indignación en Colombia, y muchos pidieron mejores protecciones para las personas trans y castigos más fuertes por los crímenes de odio.
Según los puntos de venta en español, se han realizado varias manifestaciones a gran escala en Colombia en los últimos días, incluso en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bello, para pedir justicia y protestar contra la violencia transfóbica sistemática.
En la vigilia, los miembros del LGBTQ+ y la comunidad más amplia encendieron velas para Millerey, sostuvieron fotografías de ella y ondulaban banderas trans.
“Es por eso que estamos aquí, rechazando firmemente esta violencia estructural de todos los frentes”, dijo Elizabeth Castillo, política y activista, a los periodistas.
En su cuenta X, el presidente Gustavo Petro describió la muerte de Millerey como “facismo”: “Estoy criticado por hablar sobre el nazismo. Sé perfectamente bien que el fascismo es la eliminación violenta de las diferencias humanas: libertad política, religiosa, étnica y sexual. Lo que sucedió en Bello se llama fascismo, porque hay nazis en Colombia”.

Lorena González Ospina, alcalde de Bello, dijo que buscará justicia para su ciudadano asesinado.
“Sara fue brutalmente atacada, sus brazos y piernas estaban rotos, y su cuerpo fue arrojado al río. Y es profundamente doloroso pensar que esto sucedió en medio de la indiferencia de tantos. No podemos permitir que la transfobia siga tomando vidas en silencio”, dijo Ospina.
“Nosotros, como ciudad y como gobierno local, tenemos una responsabilidad con la comunidad LGBTIQ+. Y hoy, desde el fondo de mi corazón, digo que no podemos permanecer en silencio.
“Exigiremos justicia para Sara, y continuaremos trabajando hacia una ciudad donde todas las vidas se traten con dignidad y respeto. La transfobia mata. No más indiferencia, y no más silencio”.
Se ofrece una recompensa de 50 millones de pesos colombianos ($ 11,000) a cualquier persona que pueda presentar información que conduzca a la captura de los responsables.