Fuente: Revista Ñ (Clarín)
“Lo que yo quería era contar una historia de crecimiento personal que estuviera cruzada con una historia de amor”, define el escritor chileno Pablo Simonetti su última obra, La soberbia juventud (Alfaguara 2014). Simonetti es un best seller que, en Chile, ha llegado a superar en ventas a Isabel Allende.
Alto, elegante, educado y homosexual, escribe sobre personajes gay en el Chile católico y de clase alta. Es autor y militante: organizó la Fundación Igualdad, que trabaja por los derechos de la diversidad sexual y aunque se propone no militar con la literatura, desde ese lugar (también) habla.
Estuvo hace unos días en Buenos Aires presentando La soberbia juventud. En esta nueva novela, Simonetti nos introduce en la vida de Felipe Selden, un joven de la alta sociedad chilena, homosexual, atractivo y carismático, capaz de seducir a todos aquellos que se encuentren a su alrededor. Selden parece tenerlo todo, pero su inmadurez y cierta soberbia, harán que tome las peores decisiones. Mientras tanto, el escritor Tomás Vergara observa todo lo que sucede. Una galería de personajes variopintos que se mueven entre el amor y el desamor, entre la libertad personal y las convenciones sociales completan el elenco, hasta conformar el relato de unas personas que poco a poco se van convirtiendo en una familia, en la que la sangre no es lo importante. “La novela es, además, la historia de una familia no convencional”, dijo Pablo Simonetti a Clarín.
¿Cuánto hay de autobiografía?
En el tema del amor desesperado es algo que viví, y fue una experiencia tras la que sentí que la vida me había cambiado, nunca había experimentado ese grado de descontrol y euforia, totalmente fuera de mi forma de ser. Por otro lado, claro que es muy autobiográfica, porque el núcleo de los problemas que hay en ella es algo de lo que yo he sido testigo y he vivido en mi tiempo, pero también he presenciado en los jóvenes gays de hoy.
¿Por ejemplo?
Yo reconocí mi homosexualidad ante mis padres cuando tenía 27 años, fue muy difícil. Me costó mucho, incluso sabiendo lo que sentía me costaba aceptarlo. Hasta que un día le conté a mi familia y reaccionaron muy mal… claro que era un momento en el que la sociedad chilena era muy cerrada, recién salíamos de una dictadura y la OMS decía que era una enfermedad….
¿Se está abriendo la sociedad chilena o sigue igual de cerrada?
Cada vez tenemos una sociedad más abierta, creo que en unos tres años vamos a tener una ley de matrimonio igualitario. Claro que sigue habiendo sectores que son muy retrógrados y que no van a cambiar, pero los escándalos de abusos sexuales dentro de la Iglesia cambiaron todo, porque la Iglesia perdió la autoridad para poner normas a la vida sexual de las personas.
La novela habla de la intolerancia de la familia y la creación de una propia.
Me parece que hoy, ante las estructuras tradicionales en las que muchos ya no parecen caber, la creación de esos nuevos espacios afectivos es muy importante. Generalmente se crean por marginalidad, pero yo creo que deberían coexistir con los espacios tradicionales, tener un espacio de unión con la familia tradicional, no creo que uno deba estar siempre perdiendo sus lugares de pertenencia para pertenecer a unos nuevos. Debería haber una continuidad.
Los personajes femeninos son los determinantes.
Un mundo homosexual sin mujeres no existe. Los hombres gay suelen vivir en comunidad con mujeres, una mujer suele ser la mejor amiga… la vida es así, son las mujeres las que producen los grandes quiebres, y en esta novela, también. Son ellas quienes conducirán la vida de Felipe por caminos que él no imaginó y por otro lado está su madre, que pretende evitar que su hijo vaya por el camino que eligió.
¿Qué tiene que tener una historia para que decidas escribirla?
Me interesan dos temas especialmente: la pareja y la familia, y cómo se ejerce el poder en esos espacios íntimos. El otro tema es el desarrollo de la identidad.
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Etiquetas: Chile cultura gay Cultura Queer literatura gay pablo simonetti