Fuente: El Comercio (Perú)
El último miércoles la Comisión de Justicia del Congreso peruano rechazó el proyecto de unión civil entre personas del mismo sexo. Pocas horas después llegó a Lima Stuart Milk, un activista que asegura que la batalla por la igualdad de derechos recién empieza.
En 1978, Harvey Milk fue elegido para ocupar un cargo público en Estados Unidos. Era el primer gay en conseguirlo. Hoy, 37 años después, su sobrino llega en medio de un debate que divide al Perú. “A nosotros nos tomó 35 años conseguir lo que tenemos”, asegura.
Uno de los últimos regalos que su tío le dejo fue la siguiente frase de los nativos americanos: “Eres la medicina que el mundo necesita, incluso si el mundo no lo ha notado”
Sí. Fue durante una conversación que tuvimos cuando yo tenía 12 años. Él aún era candidato y sabía que yo me comenzaba a sentir diferente sobre mí mismo pero nunca me dijo que yo era gay, a pesar que volvió a San Francisco y les contó a todos sus amigos que tenía un sobrino gay. Para mí era más importante notar que era diferente y sentirme así estaba bien.
Cuando dice diferente, ¿se refiere únicamente a su sexualidad?
No. Me refiero también a que era un joven que se interesaba por cosas como lo que pasaba en la guerra de Vietnam, los derechos de las mujeres, todas esas cosas a las que un niño de 12 años normalmente no les presta atención. El mensaje que me dio fue muy poderoso.
¿En qué sentido?
Imagina un mundo en el que todos piensen de la misma forma. Sería un mundo increíblemente aburrido, nada creativo y contraproducente. Esa conversación me sirvió para notar que mis diferencias eran importantes para el mundo. Los nativos americanos creían en gente diferente, incluyendo lo que ellos llamaban “personas con dos almas”, una de mujer y la otra de hombre. Para ellos era gente que daría regalos al mundo.
¿Fue el inicio de su lucha?
Fue la conexión que me permitió entender y sentir como todos aquellos que se sienten diferentes. Si juntas a todas las minorías del mundo y las sumas, en realidad son la mayoría. Lo que mi tío hizo fue unirlas para apoyarse mutuamente. Aquellos que pelean contra los derechos civiles y la sociedad civil, quieren dividir a las comunidades. Enfrentan a las minorías religiosas con las minorías indígenas y a ellos con los gays y lesbianas, no quieren comunidades unidas. Un amigo de mi tío, una drag queen muy ligada a la política, tenía una frase muy buena ante eso: “Unidos triunfaremos, divididos nos eliminarán uno a uno”.
Perú es un ejemplo de país dividido frente a este tema. ¿Qué puede decirnos sobre eso?
Ante todo, la comunidad LGBT está bastante oculta. Muchos no se muestran como son ante amigos o familiares. Cuando mi tío inició el movimiento en Estados Unidos también pasaba eso. En países donde vemos poca visibilidad de la comunidad LGBT, vemos también poca aceptación, pocos derechos y mucha violencia contra ellos. En especial cuando hay “líderes”, incluidos religiosos, que llaman a la violencia contra estos grupos. Eso es muy confuso para un niño o joven que se pregunta por qué un “líder” político o religioso llama a que me agredan.
Harvey Milk perdió tres veces en las urnas. ¿Ago así tendrá que pasar en el Perú?
No hace falta regresar hasta la época de mi tío, basta con ver el 2008 cuando perdimos en uno de los estados más progresistas y populares con el tema, como era California, con la aprobación de la Proposición 8 [negando el derecho a parejas del mismo sexo a casarse]. Eso hizo que el tema vuelva a ser debatido, provocó que el movimiento gane más energías, la gente salió a hablar y esa pérdida se convirtió en lo que vemos hoy, una gran victoria. Depende de la actitud y del diálogo.
Diálogo que muchas veces es violento e intolerante…
Si la gente se muestra como es cada noche verán que en cada iglesia, partido político, negocio, comunidad y cada familia está uno de nosotros. Es más difícil que la gente que te conoce te odie. Pero eso también es un proceso.
El congresista Julio Rosas dijo lo siguiente: “En todas las iglesias cristianas se acogen a todas las personas sin discriminación. Sean homosexuales, lesbianas, todos son bienvenidos. Porque Jesús vino para salvar y buscar al pecador”. ¿Qué opina de eso?
Podría responder eso con la última entrevista que dio mi tío. Él dice claramente que ningún pasaje del nuevo testamento prohíbe la homosexualidad. Esas respuestas son de dos tipos de persona: de alguien que no conoce en realidad a una persona gay o de alguien que da una respuesta fácil. Es más fácil sembrar odio que promover la unión. Los verdaderos líderes unen a la gente. Un congresista así, no es un verdadero líder.
¿Cómo es la relación entre la comunidad LGBT y la iglesia en Estados Unidos?
En los tiempos de mi tío, la comunidad religiosa era una de las principales opositoras a nuestra comunidad. Eso ha cambiado por completo, excepto por un par de iglesias cuya política principal es oponerse a la igualdad de matrimonios. Incluso la iglesia mormona, una de las más acérrimas opositoras a nuestra causa, ha creado un proyecto de ley en Utah para proteger a la comunidad LGBT de la discriminación. Es muy interesante como una comunidad así, que siempre se opuso, ahora nos llama para consultar como podemos hacer que esa gente vaya a su iglesia.
Su tío dejó otra frase. “Cuando alguien pierde su autenticidad, destruye a su comunidad, no solo a sí mismo”.
Cuando alguien esconde lo que es, invierte muchísima energía en eso. Si tienes un empleado que gasta energía en que no descubran quién es, hará que no invierta lo mismo en su trabajo. Harán que su creatividad disminuya. Lo mismo pasa en una familia, esa persona no dará todo de sí en esa familia. Duele, no sólo para el individuo sino para su familia, su trabajo, su comunidad y eventualmente a su país porque la creatividad y el máximo de esa persona no será alcanzado por esa represión.
¿Eso pasaba con usted antes de descubrir su homosexualidad?
El cambio más grande fue mi creatividad, mi visión del mundo. Cuando me di cuenta de quién era mi creatividad me sorprendió a mí mismo.
Hay un famoso discurso de Harvey en el que habla sobre la opción de viajar al lugar donde respetan sus derechos o luchar por conseguirlos en su comunidad. ¿Qué debería hacer la comunidad LGBT en el Perú ante la derrota en el Congreso?
La realidad es que la mayoría de gente no se puede ir. Ya sea por causas económicas o familiares. Habrá generaciones futuras de gente gay y se debe pensar en ellos también. Luchar no sólo es lo mejor sino también lo más importante. El cambio solo está para los que se quedan y luchan. Algunas veces es más fácil para un gay luchar por los derechos de una mujer o de un inmigrante que por los suyos. Esto es parte del proceso y tener a gente como mi tío o en el Perú a Carlos Bruce hablando abiertamente sobre su homosexualidad mantiene viva esa esperanza. Siempre habrá un joven leyendo que a pesar que la ley de la unión civil fue rechazada, hubo gente luchando por eso.
¿Dónde comienza la lucha de cada uno de ellos?
Cada uno tiene su propia forma. Un joven que teme ser echado de su casa por su orientaición sexual debe tomar la decisión por él mismo. Pero debe recordar que la gente que lo ama, lo seguirá amando y debería ser capaz de poder decirle quién es realmente. Será más difícil que esa gente vote en contra tuyo si sabe quién eres. Es un cambio que se da a nivel personal, comunal y algunas veces con una organización. Hay mucha gente que apoya esta causa y no pertenece a nuestra comunidad.
¿Cómo quién por ejemplo?
El presidente Obama. El declaró que cambió su percepción sobre el tema porque sus dos hijas hablaron con él y le preguntaron por qué se oponía a eso si ellas tenían amigos gays. Obama confesó que eso fue lo que lo convenció a apoyar el matrimonio civil finalmente.
Si Harvey siguiera vivo y viera este mundo, ¿qué diría?
Es una pregunta que he escuchado muchas veces pero te diré lo que le contesté solo a Obama. Él vió este día. Vió que estaríamos hablando de esto en Lima y que 18 países en el mundo aprobarían el matrimonio gay. Por eso tuvo el coraje para enfrentar las dos balas que lo mataron. Él creyó en que este día llegaría porque alguien saldría a luchar por esto. Creo que mi tío soñó con esto, sabía que este sería el resultado de los disparos que recibió. Esas balas atravesaron su cerebro e hicieron que muchos se quitaran las máscaras.
¿Actualmente existe alguien que represente lo que su tío hizo en su época?
En muchos niveles diferentes. Acá por ejemplo tienes a alguien que reúne el coraje y humor de mi tío: Carlos Bruce. Pero, además, están todos los jóvenes que se sientan en la mesa de su casa a conversar sobre esto con sus padres. Quizá nunca sean activistas pero les dicen a las personas importantes en sus vidas quienes son.
¿Recuerdas un momento especial con tu tío?
Muchos. Uno de ellos fue en 1972. Él co-producía “Jesucristo Superestrella” en Broadway. Me pidió que fuera a verla y luego de la obra me preguntó a quién quería conocer: Jesús, María Magdalena, etc. Le dije que quería conocer al rey Herodes. Me preguntó por qué y le dije que era porque vestía esos enormes zapatos de mujer [risas] me miró muy raro pero me lo presentó. Hubieron muchos momentos que fueron muy importantes.
¿En que consiste su trabajo en la Fundación Harvey Milk?
Mucho de nuestro trabajo está abocado a trabajar en el extranjero. Sin embargo, hemos hecho un par de cosas en Estados Unidos como instaurar el día festivo en honor a mi tío. Arnold Schwarzenegger firmó esa ley. Sí, Terminator [risas]. El 22 de mayo se celebra el día de Harvey Milk. Además, difundimos la biografía de Harvey en libros para niños que explica su historia y lucha.
Pero, la razón por la que nuestro trabajo es mundial es porque en 1995 conocí a una mujer llamada Lilla Watson. Habló en la última noche de la Conferencia por la Década de la Mujer, fue en Nairobi, Kenia. Yo tenía 25 años y era mi primera vez al otro lado del Atlántico. Ella se paró y dijo: “si has venido a ayudarme, estás perdiendo el tiempo. Si has venido porque tu liberación está ligada a la mía, entonces trabajemos juntos”. Ese mensaje quedó en mi desde entonces. La liberación de toda minoría es importante para todos. Ninguno está libre si hay gente oprimida por lo que es.
La película, ‘Milk’ [2008], y el documental, The Times of Harvey Milk [1984] ¿cuánto ayudaron a su causa?
Su historia, el hecho de que haya dado su vida por el movimiento, cambia todo para la gente. Su legado y su historia y el hecho de que sea contada nuevamente en obras, libros o películas es bastante inspirador. Mostramos ese documental en varios Parlamentos del mundo y muchas de las personas que dicen odiar a la comunidad LGBT llora cuando lo ve. Es humano.
Un mensaje que se puede aplicar a todas las minorías…
Sí. De hecho, mi tío vio que muchas de las figuras anti LGBT, como la ex Miss América Anita Bryan, quien inició una exitosa campaña contra nuestra comunidad, tenían preparada una lista con las otras minorías. Aquellos que buscan acabar con un grupo usualmente tienen una lista de otros grupos más.
¿Existe algún argumento válido para que siga existiendo un país homofóbico?
Me preocupa que exista aún un país anti LGBT porque esas naciones están perdiendo en muchas formas. Económicamente, en Estados Unidos y Europa los miembros del LGBT son gente muy próspera. Los países opuestos, con gobiernos neonazis como Grecia o Hungría, económicamente la pasan muy mal. Es triste cuando un país no refleja una imagen que vaya de la mano al año que vivimos. En el caso de Perú, es una discusión nueva. En Estados Unidos estamos en un lugar muy bueno, aun no lo hemos logrado, pero estamos en buen camino, recuerda que nos tomó 35 años conseguirlo.
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