Your message has been sent, you will be contacted soon

Call Me Now!

Cerrar
Inicio » .resaltado » Por un futbol diverso

Por un futbol diverso

Buenos Aires – (Boquitas Pintadas)

El equipo de GAPEF (Foto: Matías Aimar)

“Turquesa” estaciona y se baja de la moto con su mini falda y sus tacos altos. Es una travesti tipo femme fatal. Tiene reservado turno en una de las canchas del club La Estrella, en Boedo, donde cada jueves practica fútbol con chicos gays. Su presencia genera polémica entre los varones: algunos sostienen que debería unirse al grupo de chicas futbolistas; también están los que se definen como más abiertos y la aceptan en los partidos porque, además, creen que le da glamour al equipo.

El escritor Facundo Soto, jugador de fútbol en equipos gays, se inspira en este tipo de anécdotas y las transforma en literatura. Acaba de publicar Cosa de chicos (Editorial Conejos), un libro de 21 relatos de fútbol gay.

Son las 20 pasadas y hace un frío atroz en estos galpones que funcionan como canchas de fútbol 5. Con su gorrita canchera celeste y blanca y la indumentaria símil jugador de seleccionado argentino, Facundo se dispone a conversar sobre su libro de cuentos. Un precalentamiento diferente minutos antes del picadito, propone Boquitas pintadas. Acepta sonriente.

Antes de instalarnos en una pequeña tribuna, pasa por el bar de entrada donde varios de sus compañeros y musas inspiradoras miran atentos un partido de fútbol por la televisión. Quiere invitarlos a contar lo suyo. Ellos prefieren no hablar en cámara, aunque aceptan que el camarógrafo los tome más tarde jugando a la pelota: “Acá venimos a jugar”, dice uno. “Vas a ver que no somos tan malos como muchos se imaginan”, aporta otro de los compañeros.

Los chicos empezaron a reunirse hace justo un año. Esteban es el coordinador de este grupo que bautizaron Gapef  (Gays Apasionados por el Fútbol) y cuya ideología política es la de las 3 G: Ganar, Gustar y Golear. Esteban, un cordobés de 50 años que se reconoce “un patadura”, recuerda el primer día que se reunieron: “Tuvimos que hacer partido 4 contra 4 porque no había más nadie. Ahora cada vez somos más: ya superamos los 60”, dice, orgulloso del mega equipo que fueron armando por el boca en boca y la página de Facebook, sitio en el que ahora figuran 331 amigos.

“Entendemos que el deporte es para todos”, considera Esteban, este empresario con dos hijos que salió del clóset hace ya 15 años. Mientras algunos de sus compañeros ya empiezan a hacer pases, agrega: “Este espacio es para un grupo de compañeros con las mismas afinidades que disfrutamos del fútbol y también de otras actividades que se generan por fuera de los partidos”. Asados, salidas a bailar, invitaciones a mirar un partido, una cerveza en un bar son algunos de los planes post deporte que completan la “camaradería” de la que habla.

Facundo, que va y viene preocupado porque falta uno en el equipo, se suma  y dice que entre ellos existe una especie de “hermandad”. Lejos de considerar este espacio como un gesto de “autodiscriminación”, habla de un lugar para ser auténticos y disfrutar de lo que les gusta. “Está bueno porque nos gusta a todos lo mismo: compartimos la condición sexual y la pasión por el fútbol”, dice. “Se genera una energía linda, hay códigos que compartimos, cierta desinhibición”.

Y así se los ve: sueltos, como liberados de todo corriendo detrás de la pelota, felices de la vida hablando de fútbol, de salidas, de hombres…

Tu comentario

commentario(s)




Etiquetas:

Leave a Comment