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El Juego de Chicos de Facundo Soto

Por Rafa Tano – (www.SentidoG.com)

Facundo, futbolista, escritor y colaborador de www.SentidoG.com

Facundo Soto es el autor, entre otros libros, de “Juego de chicos”, que lanzó la nueva editorial Conejos, que él mismo creó junto a una compañera y dos compañeros: Bruno Szister, Paula Brecciaroli y Ariel Bermani.  A paso no muy lento y con bastante resonancia, esta novela futbolera y puteril hacía falta en la literatura.

Soto nos cuenta algunos pormenores del libro; habla de su propia experiencia en el mundo del fútbol, y especialmente en el submundo de lo que podríamos llamar “fútbol gay”.

Facundo empieza diciendo que le gusta el fútbol, y explaya: “No soy de mirar partidos en la tele, excepto cuando estoy en hoteles, de viaje, y me sobra tiempo; o los de la Selección Nacional, claro.  Me gusta mucho jugar al fútbol, juego los lunes, miércoles y sábados en un club, en Boedo. Me encanta transpirar, correr, estar atento y tratar de despertarme con los comentarios de mis compañeros. Está muy bueno observar las jugadas, las interacciones de los jugadores”, y se entusiasma poniendo ejemplos concretos. “Están los que piden disculpas cuando se equivocan o te golpean sin querer, y los que tienen malas intenciones y te ponen el cuerpo a propósito para que no puedas seguir jugando, así como también están los que no se hacen cargo de sus errores y tampoco pasan la pelota (los egoístas).  Hay de todo; y, sobre todo, muy buena onda. Son la fuente de inspiración de varios libros míos. No sólo Juego de chicos, que está agotado, y ahora lo reeditan en Chile para toda Latinoamérica, sino Olor a pasto recién cortado, Abrazo de gol (por el cual ya firmé contrato con una editorial), y tengo otro más inédito que se llama Intercambio de energía, pero yo quiero ponerle Olor a huevo;  prefiero sacarlo por una editorial pequeña y que respeten mi nombre antes, que una grande y ellos lo titulen

– ¿Has conocido futbolistas famosos que sean putos, lo digan o no?

Hace tiempo hice un trabajo de investigación con muchos jugadores de fútbol y su mundillo. La mayoría tuvieron o tienen relaciones bisexuales, con travestis o con hombres; el trabajo salió publicado por Sentido G. También entrevisté a uno de los reclutadores de fútbol más legendarios del fútbol, quien se dedica a buscar pibes talentosos, y terminó confesando que, si bien nunca dijo que era gay, se cambiaba delante de los pibitos, y les tocaba el pito y bueno… algunos agarraban viaje. A otros, que vivían lejos, les daba hospedaje en la casa, por ejemplo. Y cosas de este estilo que me cuentan los chicos, hay muchas. También compañeros que estuvieron (a nivel sexual) con el jefe de la barra brava de tal equipo, o con tal jugador

– ¿Qué hay de verdadero y cuánto de ficticio en tu novela?

Juego de Chicos, el libro

Una vez dije algo que me gustó (se ríe con ganas) era algo así como que cualquier parecido con la realidad (de “Juego de chicos”), es que hay más de una realidad. En la medida que las short stories existen, alguien las lee y pasan por tu cabeza, los personajes tiene vida propia, existen. Cuánto de realidad, cuánto de ficción no importa. Importa que estén vivos, que los personajes se hagan tus amigos, que las situaciones te acompañen. Ayer un chico me contó, por teléfono,  que le gustó mucho el libro; eso me dijo, y que también se masturbó un par de veces. Bueno, que te produzca algo está bueno. Para mí no hay partes, como en las películas o en cualquier libro, para reírse o partes para llorar; una escena puede despertar tristeza en uno (como el capítulo de La Buda, el chico que no se puede integrar a ningún equipo, ni siquiera al grupo de los apartados), a otro, bronca y ganas de hacer justicia; u otro, risa, porque no sé, andá a saber qué fibra íntima-neuronal-espiritual le tocó.  Por eso me parece patético cuando en las series ponen risas grabadas; están marcando el lugar, subrayando lo que ellos quieren, y también te quieren inducir a que te rías ahí, donde ellos quieren. Patético

– ¿Qué es lo q te deslumbra del mundo del fútbol?

La conexión entre los jugadores, el compañerismo, el respeto, la identificación mutua. Compartir un momento divertido, donde se supone que uno deja su ego de lado y pone todo en pos de un objetivo grupal. Por eso me gusta el trabajo en equipo como escritor y como periodista, y valoro mucho el trabajo de editor (ahora también cumplo ese rol).  La mira externa da otra visión de las cosas. Una visión más otra visión enriquece el texto.

Soto habla pausada y aceleradamente a la vez; entusiasmo, alegría y cierta chispa son palabras aplicables a su ser.  Tamabién publica en el sup`lemento gltbi de Página/12, “Soy”, y va mechando y contando notas, momentos, como el que vive, donde presentó el libro en cuestión, y ya va a tirar 2.000 más para su venta.  Notas sobre pajas y pajeros en “Soy”, su militancia editorial con gente compañera, su colaboración en este medio /”Sentido G), y varios planes, todos laborales y fuboleros.

Con respecto a la DAG DAG (Deportistas Argentinos Gays), simplemente  opina que “es una institución que hace lo que puede, como tantas otras.

– ¿Se abrirá el mundo futbolístico a la vida real en este sentido?

¿Vida real? Los que jugamos en equipos gays también vivimos vidas reales. Querés decir si nos integraremos a equipos masivos, no gays. Sí, yo antes jugaba en la DAG, en el equipo Dogos. Entrenábamos al aire libre, por el Monumento Guemes, en Palermo. Ahora con GAPEF (Gays Apasionados por el Fútbol), que ya somos casi 100 y tenemos varios equipos y campeonatos, jugamos, como te decía hace un rato, en un club de barrio, en Boedo.  Y la gente se adaptó perfectamente a nosotros. Muchos de los pibes van con la pulsera del arco iris; Andrés, un amigo, invitó a una chica travesti a su equipo, y es genial verla con la camiseta de Boca, las tetas paradas, los pelos pajosos, caminando entre los pibes que van a jugar, sin ninguna diferenciación. Jamás escuché nada agresivo. Lo único que me pasó una vez, y fue genial, es que un chico me contaba, en el vestuario, su pelea y reconciliación con el novio, sin prejuicios, sin cambiar la palabra novio por novia. Un chico que no conocía, mientras se ataba los botines me miró y nos hizo ok con el dedo. Creo que somos como una especie de conciencia que permite proyectar las fantasías inconcientes de muchos.  Entonces nos ven con huevos, y nos admiran.

– ¿A quién admirás en el fútbol?

A Tévez,a  Mascherano. Y a Raymond Carver, Cheever, Beckett, David Coupland, Mishima…muchos…

Facundo va tomando temperatura. Cuenta, comenta y relata planes:
Este año viene, también, viene con muchas expectativas. En mayo sale un libro de cuentos por Textos Intrusos, que se llama “Plastilina”; “Desprendimiento” (una nouvelle de un padre que sobre protege y cuida en demasía a su hijo hasta llegar a desearlo y asfixiarlo, desearlo sexualmente, digo). Se reedita “Juego de chicos en versión chilena”, y creo que también por Conejos. Firmé contrato para la aparición de una novela de fútbol gay que se llama “Abrazo de gol”. Mientras, sigo escribiendo para Sentido G, que me encanta y da mucho placer; también para Página 12 (para el Soy), y tengo cuatro o cinco títulos que la editora va a publicar que están esa línea y tienen mucha repercusión. Me llueven los mensajes por Facebook y el celu, y me encanta eso de producir algo en el mí y en el otro.

Puro entusiasmo, y pura prepotencia de trabajo; una premisa a lo Arlt, en clave gltbi.

A continuación dos videos con Facundo, que lee, enmascarado, “7″ secretos de boda en el Club Cultural Matienzo. En el segundo, disfrazado de Kenny -y secundado por Bruno Szister y Paula Brecciaroli- Facundo lee “6″ del libro Olor a pasto recién cortado: XXX plus, more, bigger, extended, enlarged and in da’ face.

 

“JUEGO DE CHICOS”,  de Facundo R. Soto, Editorial Conejos, 122 páginas
www.editorialconejos.blogspot.com/ [email protected]

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