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“Nenucha (o el problema madre)”: la sonrisa de mamá

(SentidoG)

“Nenucha (o el problema madre)” basada en textos de Rodrigo Garbarino y protagonizada por Marcelo Andino puede verse los domingos a las 20hs en Tadrón Teatro (Niceto Vega 4802).

Nenucha (o el problema madre) es una obra de teatro nacida de una historia real, la de un joven gay y su vínculo oscuro y simbiótico con su madre. La pieza fue concebida a través de las cartas que la mujer enviaba a su hijo diariamente luego de que este partiera a Europa en el año 2001. Años más tarde, Rodrigo Garbarino, el joven en cuestión, envió estas cartas y monólogos escritos en base a estas a su amigo, el actor y músico Marcelo Andino con la idea de armar algo.

“Yo no podía creer lo que estaba leyendo porque tenían una teatralidad increíble”, confesó Andino acerca de tan particular correspondencia. Así fue como junto a Garbarino y la directora Bettina Menegazzo, fueron hilando una historia en la cual plasmar esta particular relación madre-hijo. Y, además, fue él quien decidió ponerse en la piel de Nenucha.

La obra tuvo un preestreno a fines del año 2015 para pulir detalles de la historia y de la puesta y en el mes de marzo de este año, se estrenó oficialmente en el Teatro Tadrón. SentidoG tuvo la oportunidad de dialogar con Marcelo Andino para que nos cuente acerca de la gestación de la obra, de la composición del personaje y de la reacción del público después de las funciones.

 

¿Cómo nació la historia de Nenucha?

Nenucha fue la madre de mi amigo Rodrigo Garbarino. Una mujer que tuvo una curiosa forma de asimilar los infortunios de su vida, y eso la convirtió en una persona oscura y solitaria. Su vida fue siempre cuesta abajo. No tenía amigos, ocupación, ni círculo social, por lo que vivía en una amarga soledad. Parecía gozar con la insatisfacción, porque si bien renegaba del “miserable destino que le tocó vivir”, jamás hizo nada para cambiarlo. Lo único que tenía en la vida era su hijo, por eso se aferró a él como garrapata; absorbiéndolo, fagocitándolo. En el raconto de sus desgracias, la señora poseía una continua y melodramática verborragia. Esto la hacía una persona muy densa para vincularse, pero a la vez la convertía en un personaje extremadamente teatral.

¿En qué momento surgió la idea de llevarla al teatro?

Es una idea que Rodrigo tenía hace años. Nenucha y él vivieron juntos, sin separarse jamás, hasta que el se fue a vivir un año y medio a Europa. Ella sintió que la vida se le terminaba, entonces le escribía una carta por día. Cartas pesadas, angustiantes, cargadas de reclamos. Muchos años después, él transcribió las cartas y me dijo que quería hacer una obra. Cuando las leí me parecieron maravillosas. Él mismo, incluso, escribió varios monólogos, como si fuese el personaje de su madre. Sin embargo, había que meter todo el material dentro de una estructura dramática, y eso era lo que le resultaba difícil de hacer. Supongo que esto se debió a que le costaba tomar la distancia necesaria de algo que él mismo estaba viviendo. Hace unos años, leí uno de estos textos en un varieté y la gente alucinó. Ahí dije, “listo, ¡hay que hacer algo con esto ya!” Comencé a cranear una historia en la cual volcar todo ese material, pero no me salía hacerlo solo. Con Rodrigo era complicado trabajar porque vivía en Barcelona. Yo necesitaba alguien cerca. Que tuviese visión pero a la misma vez los pies sobre la tierra. Entonces la contacté a Bettina Menegazzo, la directora, para que fuera también la co-autora de la obra. Y así comenzamos entre los tres, Rodrigo, Bettina y yo a trabajar con todo el material que teníamos de Nenucha; para poder contar esta historia, sobre algo que nos toca a todos, que es el vínculo entre una madre y su hijo….Y cuatro años después, acá estamos.

¿En qué o quién te basaste para componer el personaje?

Mira, si bien me basé un poco en la Nenucha original, saqué mucho material de mi vieja. Reconozco que con ella tenemos un vínculo intenso y un poco enfermo. De hecho, esa fue una de las cosas que teníamos en común con Rodrigo al conocernos. Mi vieja tiene más o menos la misma edad y si bien no es así de oscura, tiene cosas muy parecidas. Muchas veces me encuentro diciendo frases de mi mamá o teniendo reacciones como las de ella, y en ese momento digo, “¡a la mierda, esta es mi vieja!”. Y esa es la base de toda la obra, creo. El problema madre. El “problema” que genera todo.

¿Cómo fue la “temporada de prueba” en el 2015? 

Mirá, fueron solo cinco funciones a fines del año 2015. Queríamos llevar a la escena el trabajo realizado hasta ese momento, sabiendo que todavía estaba en proceso de transformación. Había muchas cosas que sabíamos que necesitaban ser pulidas y esa mini temporada nos sirvió para tener una mejor perspectiva. También nos interesaba la devolución y la presencia del público para dar respuesta a algunas dudas que nos planteaba el guión. La reacción de la gente fue muy positiva, tal como está sucediendo ahora. El comentario general era que la obra generaba sentimientos muy diversos. Risa, emoción, angustia, ternura, ahogo y fundamentalmente todos se identificaban y lo remitían a algún vínculo personal y cercano. Esto último siempre fue uno de nuestros grandes objetivos al querer contar esta historia. Muy contentos con las devoluciones del público y con la claridad que nos brindó la experiencia de prueba, volvimos al trabajo de mesa.

¿Cuáles son las diferencias entre esta puesta y la anterior?

Al volver a enfocarnos en el libro, reescribimos algunas escenas, cambiamos el orden de otras y fundamentalmente redibujamos el personaje co-protagónico de la obra interpretado por Catalina Hannon. En la versión anterior ella interpretaba dos personajes femeninos que devenían en un tercero; pero necesitamos darle un vuelco, otro desarrollo y fundamentalmente vincularla más profundamente al personaje de Nenucha. Allí nace el personaje de Morena, también inspirado en una persona real; una amiga muy cercana de Rodrigo. Y así fuimos hilvanando estos personajes reales con los hilos de la ficción, recreando escenas al servicio de esta historia que queríamos contar. Y al ponerle el cuerpo y comenzar nuevamente con los ensayos después de los cambios realizados, fuimos confirmando las decisiones tomadas durante el proceso de reescritura. Obviamente durante la etapa de ensayos surgieron detalles, condimentos y retoques que siempre forman una parte esencial en la construcción de la pieza teatral. La puesta no varió demasiado de la anterior, simplemente se adaptó a las nuevas necesidades que surgieron y se fueron presentando a partir de los cambios en el libro y en la escena.

¿Ahora que ya están haciendo funciones desde el mes de marzo, cuál ha sido la repercusión del público?

La verdad es que estamos muy contentos con las devoluciones y comentarios que recibimos por parte de la gente que nos viene a ver. Hemos tenido muy buenas críticas en distintos medios, así como también sentidas y halagadoras palabras del público en general. Tanto a la salida del teatro, como a través de las redes sociales, el público nos devuelve su gran entusiasmo, contándonos cómo se identifican con la historia y cómo pasan por diversas e intensas emociones a lo largo de toda la obra. Esto obviamente se percibe también durante la función, retroalimentando nuestro trabajo y dándonos una gran satisfacción.

 

Nenucha (o el problema madre) puede verse los domingos a las 20:00 hs en Tadron Teatro (Niceto Vega 4802).  Las entradas se pueden reservar llamando al  4777-7976 o a través de la página de Alternativa Teatral. Para más información, ingresar a la página de Facebook de la obra.

Ficha técnica:

Sobre textos de: Rodrigo Garbarino
Dramaturgia: Rodrigo Garbarino, Marcelo Andino, Bettina Menegazzo
Actúan: Marcelo Andino, Catalina Hannon
Vestuario: Bettina Menegazzo
Escenografía: Marcelo Capparelli, Gustavo Coll
Diseño de maquillaje: Erica Hardt
Diseño de luces: Julieta Milea
Música original: Marcelo Andino
Fotografía: Nacho Lunadei
Diseño gráfico: Marcelo Andino
Asistencia de dirección: Claudia Gutierrez
Producción general: Marcelo Andino, Bettina Menegazzo
Dirección general: Bettina Menegazzo

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