Los fiscales de Uganda han acusado a un hombre de “homosexualidad agravada” por primera vez desde que el país aprobó su devastador proyecto de ley contra la homosexualidad.
La ley, que ha sido ampliamente considerada la política anti-LGBTQ+ más dura del mundo, castiga con cadena perpetua a cualquiera que mantenga relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. En los casos considerados “agravados”, se puede aplicar la pena de muerte.
El presidente Yoweri Museveni firmó la legislación y la puso en vigor en mayo, ya que desde entonces se han realizado varias detenciones.
Sin embargo, un hombre de 20 años se ha convertido desde entonces en el primer ugandés acusado de “homosexualidad agravada”.
Según la draconiana ley, los casos considerados “agravados” pueden incluir tener relaciones sexuales con un menor, tener relaciones sexuales siendo VIH positivo o participar en incesto.
Los cargos, vistos por Reuters, no especificaban qué había hecho el acusado que considerara sus acciones “agravadas”, sino que simplemente afirmaban que había “realizado relaciones sexuales ilegales” con un hombre de 41 años.
Cuando se le pidió más detalles, Jacqueline Okui, portavoz de la oficina del director del ministerio público, dijo a la publicación: “Dado que se trata de un delito capital juzgable por el Tribunal Superior, el cargo le fue leído y explicado en la sala del magistrado. Tribunal… y quedó en prisión preventiva”.
Añadió que no conocía a nadie más que hubiera sido acusado todavía de “homosexualidad agravada”. No se proporcionaron más detalles del caso.
Aunque la pena capital nunca fue abolida oficialmente en Uganda, el país no ha llevado a cabo ejecuciones desde 2005.
Naturalmente, cuando el parlamento del país aprobó su proyecto de ley contra la homosexualidad en mayo, hubo horror y devastación generalizados.
Poco después de que se aprobara la letal ley, el gobierno de Uganda fue criticado por activistas y organizaciones de derechos humanos, líderes mundiales y la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Más recientemente, Estados Unidos impuso restricciones de visa a funcionarios ugandeses, el presidente Joe Biden ordenó una revisión de la ayuda estadounidense a Uganda y el Banco Mundial suspendió oficialmente el financiamiento a Uganda porque la ley “contradice fundamentalmente” sus valores.
Sin embargo, Uganda no dio señales de revocar el proyecto de ley homofóbico.
El presidente de Uganda, Kaguta Yoweri Museveni, un acérrimo opositor de los derechos LGBTQ+, ha estado en el poder desde 1986.