Jorge Vilda, el entrenador de la selección femenina de España ganador de la Copa del Mundo, ha sido despedido en medio de la actual disputa por besos de Luis Rubiales.
El entrenador en jefe, que supervisó la primera victoria de la Roja en un Mundial a pesar del motín del equipo por sus métodos, antes de que comenzara el torneo, ha sido reemplazado por su asistente Montse Tomé.
En las últimas semanas, el fútbol español se ha visto sumido en el caos y la victoria del equipo se ha visto ensombrecida después de que su presidente, Rubiales, besara en los labios a la delantera Jenni Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas.
Hermoso dijo que no consintió el beso y el acto ha sido calificado como un momento #MeToo para el fútbol femenino.
Posteriormente, más de 80 jugadoras se negaron a presentarse para la selección nacional hasta que Rubiales dimitiera, mientras que la mayoría del cuerpo técnico de Vilda dimitió.
Rubiales ha sido suspendido por 90 días por el organismo rector mundial, la FIFA, pero se ha negado a dimitir y afirmó que Hermoso está mintiendo porque el beso no fue consensual.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no dio un motivo concreto del despido de Vilda, sino que elogió los “éxitos conseguidos durante su etapa” y valoró su “impecable conducta personal y deportiva”.
En un comunicado se lee: “La RFEF quiere expresar su agradecimiento a Jorge Vilda por los servicios prestados, por su profesionalidad y dedicación durante todos estos años, deseándole el mayor de los éxitos en el futuro”.
“La RFEF deja un legado deportivo extraordinario gracias a la implantación de un modelo de juego reconocido y una metodología que ha sido motor de crecimiento para todas las categorías femeninas de la selección nacional”.
Al suceder a Vilda, Tomé se convierte en la primera entrenadora de la selección nacional.
La RFEF la calificó como una “pieza fundamental en el crecimiento de la selección nacional” en los últimos años, y su nombramiento se enmarca dentro de las “medidas de regeneración” del presidente en funciones de la RFEF, Pedro Rocha.
El martes (5 de septiembre), Rocha buscó distanciar a la federación de las acciones de Rubiales.
Su comunicado dice: “El daño causado al fútbol español, al deporte español, a la sociedad española y a los valores del fútbol y del deporte en su conjunto, ha sido enorme.
“Las acciones del señor Rubiales no representan los valores defendidos por la federación española, ni los valores de la sociedad española en su conjunto.
“Sus actos deben atribuirse única y exclusivamente a él, siendo él el único responsable de dichos actos ante la sociedad, ante los órganos rectores del deporte y, en su caso, ante la justicia.
“Para ser claros, esta posición era la del señor Rubiales, no la de la RFEF. Nos sentimos especialmente apenados y avergonzados por el dolor y la angustia adicional que esto ha causado”.
