Los inversores de OpenAI, fabricante de ChatGPT, exigen el regreso de su ex director ejecutivo, Sam Altman, que fue despedido por Google Meet apenas un día antes.
El viernes (17 de noviembre), Sam Altman, un empresario gay y cofundador de OpenAI, fue expulsado de la empresa en una reunión de Google después de que la junta lo acusara de no ser “consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta”.
“La junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI”, decía el comunicado de OpenAI.
Tras su despido, Altman recurrió a X para confirmar que había recibido una “efusión de amor”, mientras que el cofundador y ex presidente de OpenAI, Greg Brockman, tuiteó que renunciaría a la empresa tras el despido de Altman.
Pero la salida de la pareja ha hecho que los inversores de la compañía supuestamente estén trabajando en un plan para reintegrar a Altman.
Cuatro fuentes, que hablaron con Forbes, dijeron que las empresas de capital de riesgo que ocupan posiciones en la entidad con fines de lucro de OpenAI han discutido trabajar con Microsoft y los empleados senior de la compañía para traer de regreso a Altman.
Según la revista de negocios, Altman ha dado señales de que tiene la intención de lanzar una nueva startup.
Si Altman acepta volver a OpenAI, se cree que aquellos que se cree que presionaron para su eliminación serán despedidos.
La empresa Sequoia Capital ha estado en contacto con Microsoft para alentarla a restaurar Altman y Brockman, dijo una fuente a Forbes.
En enero, Microsoft anunció su inversión en OpenAI, pero no hizo comentarios sobre la cifra final, que se cree que ronda los 10 mil millones de dólares. Debido a esto, Microsoft es un actor clave en cualquier intento de reinstalación.