Según un nuevo estudio, los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres en el armario tenían menos probabilidades de recibir la vacuna o recibir tratamiento contra el Mpox que los que no lo hacían. Sin embargo, contrariamente a la hipótesis de los investigadores, los hallazgos sugirieron que la diferencia en las tasas de vacunación tenía más que ver con la falta de conocimiento que con la preocupación de ser descubierto.
“El conocimiento de los recursos y la pieza conectada con la comunidad parecen estar implicados en ese proceso, no en preocupaciones de salida, y eso fue una sorpresa para mí”, dijo Joel Le Forestier, investigador postdoctoral en el Departamento de Comunicación de la Universidad de Cornell y autor principal. del estudio, que se publicó a principios de este mes en la revista ciencia psicológica.
Durante el brote de Mpox (anteriormente conocido como “viruela del mono”) de 2022, que afectó principalmente a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, Le Forestier y sus colegas reclutaron a cientos de “hombres de minorías sexuales” en Australia, Canadá, el Reino Unido y Estados Unidos para Complete encuestas en línea en dos momentos: primero alrededor del pico del brote en agosto de 2022 y luego varios meses después, después de que la vacuna Mpox estuvo ampliamente disponible y el brote disminuyó.
En un comunicado de prensa de Cornell, Le Forestier explicó que la investigación se inspiró en la observación de un amigo de que los hombres encerrados que tal vez no estén conectados con la comunidad LGBTQ+ en general podrían ni siquiera saber acerca de la vacuna o dónde conseguirla. Le Forestier dijo que había observado largas filas de hombres que parecían presentarse como minorías sexuales afuera de una clínica de Toronto que ofrecía vacunas Mpox.
“Estoy pensando, si estás en esta larga fila de hombres de minorías sexuales identificables y tu amigo pasa, significa que tu amigo te acaba de revelar”, dijo.
Su amigo, sin embargo, respondió que los hombres encerrados podrían ni siquiera saber que esas líneas existían.
“Los únicos lugares donde mi amigo había visto anuncios de clínicas de vacunas Mpox eran los bares gay y el centro comunitario local de la aldea gay”, explicó Le Forestier. “Entonces, si no participas en la comunidad de este tipo de formas públicas, entonces estos recursos simplemente no te llegarán”.
Le Forestier y su equipo predijeron que los hombres que ocultan su sexualidad expresarían su preocupación por ser descubiertos si buscaban la vacuna Mpox, y tenían razón. Pero esas preocupaciones no necesariamente se correlacionaron con menores intenciones de recibir la vacuna.
“Lo que esto sugiere”, explicó Le Forestier, “es que las personas que están en el armario y temen ser descubiertas, no obstante dicen: ‘Esto es lo suficientemente importante para mí como para hacerlo de todos modos'”.
Le Forestier dijo que los hallazgos del estudio indican tanto los beneficios de estar integrado en una comunidad como también que los departamentos de salud pública deben trabajar más para llevar información a los grupos marginados.
“Afiliarse a esa comunidad y convertirse en parte de ella puede brindarle algunos beneficios reales”, explicó. “Conocer los recursos de salud pública no es lo único pero definitivamente es uno de ellos”.