La irregular marcha de Japón hacia la igualdad en el matrimonio dio un gran salto el jueves cuando un tribunal superior dictaminó que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo en el país es inconstitucional.
“No permitir el matrimonio a parejas del mismo sexo es una discriminación que carece de racionalidad”, afirmó el fallo, al tiempo que señaló que “promulgar el matrimonio entre personas del mismo sexo no parece causar desventajas o efectos nocivos”.
Las normas del código civil que limitan el matrimonio a parejas del sexo opuesto, dictaminó el tribunal superior de Sapporo, son “inconstitucionales” y “discriminatorias”. La ley existente, escribieron los jueces, debería revisarse o reescribirse para incluir otros tipos de uniones además de las entre un hombre y una mujer.
El poder judicial no tiene el poder de revocar los códigos de matrimonio civil existentes.
El matrimonio igualitario ha dividido al sistema judicial del país al oponerse a fallos durante varios años, mientras que el gobierno conservador de Japón va a la zaga de una opinión pública cada vez más favorable. El setenta por ciento del público japonés apoya el matrimonio igualitario, pero el gobernante Partido Liberal Democrático del Primer Ministro Fumio Kishida se opone a ello.
Japón es el único del Grupo de los Siete países industrializados que no ofrece protección legal para las uniones entre personas del mismo sexo.
“Fue un fallo muy esperado y encantador que me hace llorar”, dijo a Reuters la demandante Eri Nakaya después del veredicto. “El fallo establece claramente que las parejas del mismo sexo tienen el mismo derecho que las demás y merecen vivir en este país, y me recordó que está bien ser yo”.
El gobierno conservador del primer ministro Kishida reaccionó con cautela.
“La introducción del matrimonio entre personas del mismo sexo afecta estrechamente los valores familiares de la gente”, dijo a los periodistas el secretario jefe del gabinete, Yoshimasa Hayashi, después de que se tomara la decisión. Dijo que el gobierno continuaría rastreando la opinión pública, el debate parlamentario y otros casos judiciales pendientes.
Más tarde ese mismo día, un tribunal de distrito de Tokio llegó de puntillas a la misma conclusión que el tribunal de Sapporo, dictaminando que la ausencia de normas civiles que permitieran las uniones entre personas del mismo sexo constituía “un estado de inconstitucionalidad”.
Masakazu Yanagisawa, miembro de la junta directiva de Marriage for All Japan y alto ejecutivo de Goldman Sachs en Tokio, dijo que la lentitud del gobierno japonés en materia de matrimonio igualitario ponía en riesgo la posición económica del país.
“Existe un riesgo creciente de que Japón quede rezagado ante las tendencias internacionales y excluido de ser una opción como lugar para trabajar”, afirmó Yanagisawa. “Estamos en un momento crítico para ver si Japón se convertirá en una sociedad que acepte la diversidad”.
El embajador de Estados Unidos de la administración Biden en Japón, Rahm Emanuel, elogió el progreso que estaba logrando el poder judicial del país para hacer avanzar a Japón.
“Un viaje de 1.000 millas comienza con un solo paso”, publicó Emanuel en X después del fallo del tribunal de Tokio. “Me alegra ver que el tribunal de Tokio da hoy un paso más hacia el #MatrimonioIgualdad en todo Japón. El tribunal de Tokio se une a los tribunales de Sapporo, Nagoya y Fukuoka a favor de un Japón más inclusivo”.