Los rostros de los hombres incomodan más a las personas que los rostros andróginos, según un estudio

Gabriel Oviedo

Los rostros de los hombres incomodan más a las personas que los rostros andróginos, según un estudio

Un nuevo estudio ha descubierto que las personas tienen un sesgo positivo hacia los rostros andróginos y no les molesta la dificultad de categorizar esos rostros basándose en el binario de género.

El estudio, publicado en el Revista Europea de Psicología Social y reportado por PsyPost, mostró a los participantes, todos de poblaciones de habla italiana y española, una serie de rostros y les pidió que clasificaran a cada uno como hombre o mujer lo más rápido que pudieran. Las fotografías proporcionadas incluían varios rostros andróginos que habían sido creados artificialmente mezclando rostros masculinos y femeninos.

También se pidió a los participantes que calificaran las caras en función de sus valores morales percibidos, su confiabilidad y su carácter espeluznante. Los investigadores preguntaron sobre lo espeluznante para evaluar si la incapacidad de categorizar fácilmente a alguien inquieta a las personas.

Los resultados: la gente tuvo dificultades para categorizar los rostros andróginos, pero eso no les molestó. A los participantes les llevó mucho más tiempo seleccionar una categoría para los rostros mezclados, pero también calificaron estas fotos como más confiables, menos espeluznantes y más alineadas con sus valores morales que los rostros masculinos.

“¡No esperábamos en absoluto encontrar un sesgo positivo hacia los rostros andróginos!” Antonio Olivera-La Rosa, investigador y profesor de la Universidad Católica Luis Amigó de Medellín, dijo PsyPost. “De hecho, investigaciones anteriores sugirieron que se esperaría la cara opuesta de la moneda. Considerando todo esto, creo que estos sorprendentes hallazgos nos motivaron a hacer un 'esfuerzo adicional' en esta investigación”.

Olivera-La Rosa enfatizó, sin embargo, que la percepción facial es simplemente una pieza de un complejo rompecabezas que los humanos utilizan para emitir juicios.

“Es muy importante enfatizar este punto: la percepción facial y las primeras impresiones son sólo partes de nuestros complejos mecanismos de cognición social, aunque son importantes. Como tal, no nos basamos únicamente en los rostros para inferir la moralidad de las personas”.

Explicaron además que el estudio no implica en absoluto que las personas andróginas no experimenten discriminación.

“En este estudio, analizamos la androginia física en un entorno algo idealizado. Sin embargo, en la vida real, la androginia física puede ir acompañada de la androginia de identidad de género, junto con algunas de sus connotaciones conductuales. Esperamos que nuestra investigación no se interprete como evidencia contra la existencia de prejuicios hacia personas cuya identidad de género incluye una apariencia y/o comportamiento andrógino”.

Pidieron un aumento de la investigación intercultural sobre la percepción facial para proporcionar una mayor comprensión de cómo “estos atajos cognitivos silenciosos funcionan en la vida real”.