Ric Grenell, un hombre gay que fue director interino de inteligencia nacional durante aproximadamente dos meses durante la administración Trump, habló el tercer día de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee y le dijo a la audiencia que a Donald Trump en realidad no le importa la sexualidad o el género de nadie, a pesar de sus posiciones políticas anti-LGBTQ+.
Grenell es la única persona gay declarada que hablará en la Convención Nacional Republicana de esta semana y una de las dos únicas personas LGBTQ+, junto con la rapera bisexual Amber Rose, que hablarán en el evento que contará con docenas de oradores.
“A Donald Trump no le importa si eres gay o heterosexual, negro, moreno o blanco, o de qué género eres”, dijo, esta última afirmación contrasta fuertemente con la de otros oradores en la Convención Nacional Republicana que atacaron repetidamente el género de muchas personas. “Él sabe que todos somos estadounidenses y que es hora de poner a Estados Unidos en primer lugar”.
Esa es la única referencia que Grenell hizo a las personas LGBTQ+. La mayor parte de su discurso se centró en la política exterior, afirmando que los republicanos “fueron engañados acerca de las armas de destrucción masiva” en la década de 2000. Su uso de la voz pasiva ocultó el hecho de que fue la administración del expresidente George W. Bush la que argumentó falsamente que había armas de destrucción masiva en Irak para justificar la invasión de ese país en 2003. El propio Grenell sirvió en la administración Bush.
También afirmó que Biden está ayudando a Irán a “librar una guerra en Israel y Gaza”. No hay pruebas de esta afirmación. Grenell también dijo que “los partidarios radicales de Joe Biden han tomado nuestras universidades, quemando banderas estadounidenses, vitoreando a los terroristas y llamando a una revolución violenta”, a pesar de que muchos de los activistas pro-Palestina a los que se refiere se oponen abiertamente a Biden.
Grenell no mencionó el supuesto intento de la administración Trump de despenalizar la homosexualidad en otros países, un programa que ha promocionado con orgullo en el pasado. Los defensores de los derechos LGBTQ+ calificaron la campaña de despenalización de farsa y dijeron que no estaba haciendo nada.
A pesar de la insinuación de Grenell de que Trump es indiferente hacia las personas LGBTQ+, Trump ya ha adoptado posturas políticas anti-LGBTQ+ como parte de su “Agenda 47”, que establece los planes de su campaña para su posible segundo mandato.
En una página, Trump promete aprobar una ley federal que prohíba lo que él caracteriza como “mutilación sexual infantil” —a pesar del hecho de que las cirugías de afirmación de género casi nunca se realizan en menores— y “pedirle al Congreso que detenga permanentemente que el dinero de los contribuyentes federales se use para promover o pagar estos procedimientos”.
También se compromete a “pedir al Congreso que apruebe un proyecto de ley que establezca que los únicos géneros reconocidos por el gobierno de los Estados Unidos son masculino y femenino, y se asignan al nacer”, y dice que ordenará al Departamento de Educación “que informe a los estados y distritos escolares que si cualquier maestro o funcionario escolar sugiere a un niño que podría estar atrapado en el cuerpo equivocado, se enfrentará a graves consecuencias, incluidas posibles violaciones de los derechos civiles por discriminación sexual y la eliminación de la financiación federal”.
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