El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, cambia de estrategia política en medio del posible regreso de Trump al poder

Gabriel Oviedo

El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, cambia de estrategia política en medio del posible regreso de Trump al poder

El reciente anuncio del director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, de que pondría fin a la verificación de datos profesional en Facebook e Instagram indica un cambio significativo en el enfoque de la empresa hacia el contenido político. La decisión, anunciada el martes, marca la culminación de meses de esfuerzos para posicionar al gigante de las redes sociales para navegar las presiones conservadoras que se esperan de un posible segundo mandato de Donald Trump.

Zuckerberg, conocido desde hace mucho tiempo por apoyar causas progresistas, parece estar recalibrando las políticas de su empresa para alinearlas con una postura más derechista. En el pasado, Zuckerberg participó en reuniones de alto perfil con el ex presidente Barack Obama y en ocasiones criticó a su administración, particularmente en asuntos relacionados con la privacidad y las regulaciones tecnológicas. Sin embargo, durante el último año, las acciones de Zuckerberg han insinuado un claro giro hacia la aceptación de influencias conservadoras.

La primera señal de este cambio se produjo en julio de 2024, cuando Zuckerberg elogió públicamente la respuesta desafiante de Trump después de un intento de asesinato, calificándola de “una de las cosas más rudas que he visto en mi vida”. Aunque Zuckerberg aclaró rápidamente que no respaldaba a ningún candidato presidencial, el comentario preparó el escenario para lo que se convertiría en una serie de movimientos que indicarían alineación con posiciones conservadoras.

Ese mismo mes, Meta tomó la decisión fundamental de levantar las restricciones especiales impuestas a las cuentas de Facebook e Instagram de Trump tras los disturbios en el Capitolio del 6 de enero de 2021. Esta medida restableció efectivamente el acceso de Trump a las plataformas de Meta, lo que indica la voluntad de la compañía de adoptar un enfoque más indulgente hacia el expresidente.

En agosto, Zuckerberg intensificó su retórica y criticó a la administración Biden por su manejo de la información errónea sobre el COVID-19. Acusó al gobierno de presionar a Meta para que censurara el contenido, en marcado contraste con la postura anterior de la compañía, que había adoptado una postura firme contra la información sanitaria engañosa durante la pandemia.

Para demostrar aún más su giro político, Zuckerberg permitió que no se atendiera una amenaza personal hecha por Trump. Trump había publicado un libro en el que afirmaba siniestramente que Zuckerberg “pasaría el resto de su vida en prisión” si intentaba interferir con las elecciones de 2024. Meta no hizo comentarios sobre la declaración, una indicación del creciente desapego de la compañía respecto de su postura anterior, más crítica hacia Trump.

En medio de estos cambios, el comité de acción política corporativa (PAC) de Meta se abstuvo notablemente de donar a cualquiera de los principales candidatos presidenciales durante el ciclo electoral de 2024. Sin embargo, los empleados individuales de Meta contribuyeron en gran medida a la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris, recaudando casi 2 millones de dólares, según el sitio web de transparencia OpenSecrets. El PAC también hizo contribuciones a las campañas republicanas y demócratas al Senado, destacando una postura más neutral en algunos aspectos, aunque los recientes nombramientos de líderes de la compañía se han inclinado más conservadores.

En diciembre, Meta reveló que había donado 1 millón de dólares al fondo inaugural de Trump, lo que indica un mayor apoyo al futuro político del expresidente. Además, Zuckerberg fue noticia la semana pasada al nombrar a Joel Kaplan, un veterano republicano, como jefe de política global de Meta, en sustitución de Nick Clegg, un ex viceprimer ministro británico con inclinaciones más liberales. El nombramiento de Kaplan subraya la creciente dependencia de Zuckerberg de los estrategas políticos conservadores.

Estas medidas han generado duras críticas por parte de algunos observadores. Nina Jankowicz, una experta en desinformación, calificó el cambio de Zuckerberg como una “doblación total de rodillas ante Trump” y criticó la dirección de la compañía como parte de una tendencia más amplia de líderes tecnológicos que atienden agendas de derecha. Otros, sin embargo, sugieren que Zuckerberg simplemente está tratando de adaptarse a las realidades políticas del momento.

David Sacks, capitalista de riesgo y asesor de Trump, elogió la decisión de Zuckerberg y la calificó de “punto de inflexión” en el realineamiento político y cultural de Estados Unidos. El giro de Zuckerberg es significativo no sólo por el posible regreso de Trump al poder sino también por el papel dominante de Meta en la configuración de la comunicación en línea. El conjunto de aplicaciones de Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger) se encuentran entre las plataformas más utilizadas en el mundo, lo que le da a Zuckerberg una inmensa influencia sobre el discurso público.

El cambio de Zuckerberg no se trata sólo de conveniencia política; también está ligado a los intereses financieros y regulatorios de la empresa. Meta enfrenta desafíos legales continuos, incluido un caso antimonopolio de alto perfil presentado por la Comisión Federal de Comercio por su adquisición de Instagram en 2012. A medida que Meta navega por estas presiones, su cambio de política cada vez más conservador también puede ser una estrategia para alinearse mejor con una posible administración republicana, especialmente a la luz de la creciente influencia de figuras políticas de derecha dentro de la empresa.

A lo largo de los años, Zuckerberg ha cultivado relaciones con líderes tanto demócratas como republicanos, desde Obama hasta el ex presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan. Sin embargo, los puestos más altos de Meta han sido ocupados cada vez más por republicanos. El ascenso de Kaplan es sólo un ejemplo de cómo la empresa se está adaptando a las cambiantes mareas políticas. Otros republicanos notables en el liderazgo de Meta incluyen a Jennifer Newstead, directora legal de Meta, quien anteriormente sirvió en la administración de George W. Bush, y Kevin Martin, el nuevo vicepresidente de políticas públicas de Meta, quien también tiene profundos vínculos con administraciones republicanas.

La decisión de Zuckerberg de contratar agentes republicanos clave como Dustin Carmack, exasesor del gobernador de Florida Ron DeSantis, refleja su creciente adopción de estrategias políticas conservadoras. La cultura corporativa de Meta ha cambiado significativamente desde que Sheryl Sandberg, alguna vez la demócrata más prominente de la compañía, dejó su puesto diario en 2022.

A pesar de estas medidas, Zuckerberg insiste en que su cambio no supone un alejamiento de sus valores fundamentales. En un video reciente que explica los cambios, hizo referencia a un discurso de 2019 en el que criticó a los “guardianes tradicionales en la política o los medios”, sugiriendo que los últimos ajustes de política eran parte de su visión de larga data para reducir la moderación de contenido.

Los próximos años revelarán si el giro de Zuckerberg es parte de una tendencia más amplia en las empresas estadounidenses o un movimiento estratégico destinado a posicionar a Meta para tener influencia política y regulatoria en una posible segunda administración Trump. Sin embargo, con la creciente influencia de Meta sobre la comunicación global y sus crecientes vínculos con la política conservadora, las implicaciones de la decisión de Zuckerberg se sentirán en todo el panorama digital en los años venideros.