Los metaempleados LGBTQ+ se toman un tiempo libre para su 'salud mental' después de un controvertido cambio en la política de discurso de odio

Gabriel Oviedo

Los metaempleados LGBTQ+ se toman un tiempo libre para su ‘salud mental’ después de un controvertido cambio en la política de discurso de odio

El reciente cambio de política de Meta, que permite a los usuarios hacer declaraciones llamando a las personas LGBTQ+ “mentalmente enfermas” en función de su orientación sexual e identidad de género, ha provocado una ola de reacciones violentas por parte de los empleados LGBTQ+ de la empresa. Según los informes, varios trabajadores se han tomado un tiempo libre para cuidar de su salud mental, expresando frustración por la decisión, que, según dicen, fomenta un ambiente tóxico para las comunidades marginadas.

El martes 7 de enero, el director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, anunció cambios significativos en las políticas de moderación de contenido de la compañía, incluida la eliminación de verificadores de datos independientes. Estos cambios permiten a los usuarios expresar opiniones, incluidas opiniones dañinas y discriminatorias, sin el mismo nivel de moderación que existía anteriormente. Según las nuevas directrices, ahora es aceptable que los usuarios etiqueten a las personas LGBTQ+ como “enfermos mentales” o hagan afirmaciones similares, particularmente en el contexto de discusiones políticas y religiosas sobre temas como los derechos de las personas transgénero y la homosexualidad.

El nuevo cambio de política, según una declaración de las pautas actualizadas sobre discurso de odio de Meta, permite que dichos términos se utilicen en lo que ellos llaman formas “comunes y no serias”. Específicamente, permite acusaciones de enfermedades o anormalidades mentales vinculadas a discusiones sobre género y orientación sexual, siempre que estos comentarios se enmarquen dentro de un discurso político o religioso más amplio. Las directrices actualizadas establecen que se pueden utilizar términos como “raro” o “enfermo mental” para describir a las personas LGBTQ+ debido al “discurso político y religioso sobre el transgenerismo y la homosexualidad”.

La reacción entre los empleados LGBTQ+ de Meta ha sido rápida. Según un informe de 404 Media, muchos empleados se están ausentando del trabajo en protesta por los cambios, citando el costo emocional y psicológico que la nueva política tiene en su salud mental. Un empleado publicó en la plataforma interna de Meta, Workplace, expresando su angustia: “Soy LGBT y tengo una enfermedad mental. Solo para hacerle saber que me tomaré un tiempo para cuidar mi salud mental”.

La controversia también ha generado críticas de figuras de alto rango de Meta. Helle Thorning-Schmidt, copresidenta de la Junta de Supervisión de Meta, expresó públicamente su preocupación por el cambio de política, en particular su impacto potencial en grupos vulnerables como LGBTQ+ y personas transgénero. En una entrevista con la BBC Hoy programa, Thorning-Schmidt dijo que ella y otros miembros de la junta estaban “muy preocupados” por las implicaciones de la política, especialmente a la luz de su momento previo al esperado regreso del presidente electo Donald Trump a la Casa Blanca.

“Estamos muy preocupados por los derechos de género, los derechos LGBTQ+ y los derechos de las personas trans en las plataformas porque estamos viendo muchos casos en los que el discurso de odio puede provocar daños en la vida real”, dijo Thorning-Schmidt. “Estaremos observando ese espacio con mucha atención”.

La decisión de Meta de abandonar los verificadores de datos independientes y la moderación de contenido ha encendido las alarmas entre los críticos, quienes argumentan que abre la puerta a más contenido dañino y menos responsabilidad para quienes difunden discursos de odio. Los defensores de LGBTQ+, incluidos empleados actuales y anteriores de Meta, han expresado su preocupación de que el cambio de política pueda conducir a un entorno en línea más hostil, particularmente para los grupos vulnerables que ya corren riesgo de discriminación y violencia.

Mark Zuckerberg, sin embargo, defendió las nuevas políticas, afirmando que estaban diseñadas para “volver a nuestras raíces” y priorizar la libre expresión en la plataforma. En un comunicado, explicó que los cambios eran parte de un esfuerzo más amplio para reducir errores, simplificar políticas y restaurar lo que describió como “la libertad de expresión que originalmente las plataformas debían defender”.

Los críticos han señalado que el momento de la revisión de la política es preocupante, particularmente porque se produce pocas semanas antes del segundo mandato de Trump. Con el panorama político cambiando, muchos temen que el cambio de política sea parte de una tendencia más amplia para dar cabida a la retórica de extrema derecha y las opiniones políticas divisivas.

La decisión ha provocado un intenso debate en las plataformas de redes sociales, y muchos han pedido a Meta que reconsidere su nueva política. Los defensores de LGBTQ+ argumentan que la empresa no está dando prioridad a la seguridad y el bienestar de sus usuarios más vulnerables. Por el contrario, los partidarios del cambio argumentan que es necesario permitir un discurso más abierto, incluso si eso significa tolerar opiniones controvertidas u ofensivas.

A medida que la situación continúa desarrollándose, los empleados de Meta, los activistas LGBTQ+ y los responsables políticos observan de cerca cómo responderá la empresa a la creciente reacción. Por ahora, muchos empleados de la empresa se enfrentan al impacto del cambio de política, tanto a nivel personal como profesional, y se preguntan si la empresa puede equilibrar la libre expresión con la necesidad de proteger a sus usuarios de cualquier daño.