PrEP

Gabriel Oviedo

La administración Trump detiene el acceso de preparación para hombres homosexuales y trabajadoras sexuales, planteando preocupaciones sobre los brotes del VIH en el extranjero

El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha emitido un memorando que indica que el plan de emergencia de Donald Trump para el alivio del SIDA (PEPFAR) ahora solo proporcionará medicamentos para prevención del VIH, como la profilaxis previa a la exposición (Prep), a mujeres embarazadas y amamantadas (PBFW), excluyendo Otros grupos de alto riesgo, como LGBTQ+ personas, trabajadoras sexuales y personas con mayor riesgo de contraer el VIH. La decisión, vinculada a un cambio más amplio de la política de ayuda exterior de los Estados Unidos, ha provocado una reacción violenta de los grupos de defensa del VIH, los profesionales médicos y las organizaciones internacionales de salud.

El memorando, distribuido por el programa de seguridad y diplomacia de salud global del Departamento de Estado, establece que las personas con alto riesgo de infección por VIH, incluida las personas LGBTQ+, ya no pueden recibir la preparación financiada por PEPFAR durante una “pausa” de 90 días sobre la asistencia extranjera de los Estados Unidos. Esta bodega se implementó después de la orden ejecutiva del presidente Donald Trump destinada a reevaluar y realinear la ayuda extranjera de los Estados Unidos. Según el memorando, la pausa está destinada a garantizar que la financiación estadounidense esté estrictamente alineada con la política exterior de Trump, incluida la eliminación de programas considerados “despertados” o inconsistentes con los valores de su administración.

Los críticos de la política argumentan que limitar el acceso a los medicamentos de prevención del VIH basados ​​en criterios estrechamente definidos afectará desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables en todo el mundo. Wayne Besen, director ejecutivo de la organización de defensa LGBTQ+, la verdad gana, condenó el memorando, llamando a la medida “cruel” y acusando a la administración Trump de discriminar intencionalmente a los grupos marginados. “Esto podría conducir cruelmente a la infección y la eventual muerte, de cientos de miles de personas en todo el mundo”, dijo Besen, señalando la contradicción en una supuesta agenda “pro-vida” que ignora las necesidades de salud de las poblaciones en riesgo.

El Secretario de Estado Marco Rubio, quien ha estado en el centro de la decisión, emitió una exención de servicios médicos esenciales afectados por la pausa de financiación. Sin embargo, el memorando aclaró que los fondos PEPFAR estarían restringidos de varias maneras, incluida la negar medicamentos de preparación a todos, excepto a PBFW, detener las encuestas de propagación del VIH y suspender los sistemas de seguimiento de problemas como el abuso infantil. Estos cambios han interrumpido los servicios proporcionados por clínicas en numerosos países, con muchos trabajadores de la salud que informan salarios no remunerados y el cese de los programas de prevención crítica, según la Kaiser Family Foundation (KFF).

Se espera que las restricciones dan como resultado el aumento de las tasas de VIH, los brotes y las muertes prevenibles, ya que la pérdida de financiación limita la capacidad de los trabajadores de la salud e investigadores para administrar la crisis continua del VIH/SIDA. Los críticos de la política señalan que reducir el acceso a las herramientas de prevención podría exacerbar la crisis de salud global y socavar décadas de progreso en la lucha contra la epidemia.

Además de la controversia, estos recortes a la ayuda extranjera coinciden con los esfuerzos de la administración Trump para desmantelar la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que históricamente ha jugado un papel clave en la implementación de programas de salud globales, incluido el alivio del VIH/SIDA. El Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE) de la administración Trump, dirigido por el multimillonario Elon Musk, se ha centrado en reducir o eliminar a las agencias que considera ineficaz o innecesario, incluido USAID. Musk ha descrito a la agencia como una “organización criminal”, pero no ha proporcionado pruebas para respaldar este reclamo. A raíz de estas acciones, muchos empleados de USAID han sido licenciados o descartados, lo que complica aún más los esfuerzos para proporcionar ayuda a los necesitados.

La suspensión del sitio web de USAID y los despidos masivos han dejado a los destinatarios de Pepfar sin orientación y apoyo esenciales. Según las fuentes, las organizaciones que reciben fondos de prevención del VIH ahora deben solicitar exenciones especiales para acceder a los recursos restantes. Las demandas se han presentado en respuesta al desmantelamiento de USAID, y los contratistas exigen el pago de millones en facturas pendientes y organizaciones sin fines de lucro, incluidas la Coalición de Defensa de Vacunas de AIDS (AVAC), pidiendo que el fin de lo que describen como acciones ilegales e inconstitucionales contra la agencia.

La comunidad de salud global ha expresado su preocupación por las posibles consecuencias de estas políticas. Los expertos en VIH/SIDA advierten que las interrupciones en la financiación y el estrechamiento de la elegibilidad para los cuidados preventivos podrían conducir a un resurgimiento en casos de VIH, particularmente en regiones donde el virus sigue siendo un importante desafío de salud pública. A medida que se desarrolla la situación, las organizaciones internacionales y los profesionales de la salud continúan abogando por las políticas que priorizan las necesidades de las comunidades vulnerables, incluidas las personas LGBTQ+, las trabajadoras sexuales y aquellos con el mayor riesgo de transmisión del VIH.

Las restricciones del Departamento de Estado sobre el financiamiento de PEPFAR siguen vigentes por el momento, y el futuro de los programas de salud extranjeros y de salud globales de los Estados Unidos sigue siendo incierto a medida que la administración Trump continúa reevaluando sus prioridades.