Alisa Kasmer, prima del subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, llamó a Miller “el rostro del mal” y dijo que no quería tener nada que ver con él en una publicación pública en Facebook del 18 de julio que recientemente se ha vuelto viral. Miller es el arquitecto y presunto cerebro detrás de los violentos e inconstitucionales esfuerzos de deportación masiva de inmigrantes indocumentados de la Administración Trump.
“Vivo con el profundo dolor de ver a alguien a quien una vez amé convertirse en el rostro del mal”, escribió Kasmer. “Nuestro privilegio (de riqueza y oportunidades en Estados Unidos) se ha desperdiciado en crueldad y tortura, apuntando a las mismas personas que hacen que nuestras comunidades estén completas: los trabajadores más duros, los más vulnerables, los que cargan a este país sobre sus espaldas. Una sociedad es tan fuerte como sus más vulnerables, y las nuestras son las más débiles. Esto no es por accidente, sino por diseño. Tu diseño, Stephen”.
Escribió que, cuando era más joven, Miller solía parecerle “joven, conservadora, tal vez equivocada, pero adorable e inofensiva”.
“Pero estaba profundamente equivocada”, escribió. “Me desgarra. Lamento lo que te has convertido, Stephen… al elegir un camino tan lleno de crueldad del que no puedo ni seré parte”.
“Pero, sobre todo, lamento los daños directos de sus acciones”, añadió. “Por las comunidades aquí en Los Ángeles, nuestro hogar compartido, por toda California y el resto del país aterrorizados por la crueldad que ustedes han traído sobre todos nosotros. Lamento las familias destrozadas por la crueldad disfrazada de ‘política de inmigración'”.
Dijo que le duele especialmente ver las acciones de Miller, ya que ambos fueron criados como judíos.
“Nos criaron con historias de supervivencia”, escribió. “Aprendimos sobre los pogromos, los guetos, el Holocausto, no sólo como historia, sino como parte de nuestra identidad. Llevamos el trauma de generaciones que fueron perseguidas, odiadas, expulsadas, asesinadas, sólo por existir. Nos enseñaron a recordar. Celebramos las fiestas cada año con el recordatorio de levantarnos y decir “nunca más”. Pero lo que estás haciendo rompe esa promesa sagrada. Rompe todo lo que nos enseñaron. ¿Cómo puedes hacer a otros lo que nos han hecho a nosotros? ¿Cómo puedes despertarte cada día y repetir la crueldad de la que nuestro pueblo apenas escapó?
“Has destruido tantas vidas sólo para alimentar tu propia obsesión y ego y sostener una administración tan corrupta, tan vil, que apenas puedo comprenderlo”, añadió.
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