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Por qué es urgente ver “Breve historia del planeta verde”

Por Lucas Gutiérrez

“Breve historia del planeta verde” de Santiago Loza puede verse en el cine Arte Multiplex (Av. Cabildo 2829). Funciones a las 17:30 horas.

“Una película frágil”

Así la definió su director y guionista Santiago Loza cuando la presentó en la sección Panorama de la Berlinale, dónde ganó el premio Teddy LGBT. Y sin dudas lo que aquí se narra es un road trip de fragilidades. Los tres (¿cuatro?) personajes que parten de su cotidiano hacia la aventura lo hacen ya partidxs. Loza trae una película reparadora. Porque Breve historia del planeta verde es una narración sanadora de vínculos y biografías, con una sensibilidad para nada naif.

La premisa tan E.T. de devolver un extraterrestre a su lugar de aterrizaje puede parecer un poco bizarra, grotesca. Pero Loza y les intérpretes crean un mundo de posibilidades con una lógica tan palpable en ellxs que es imposible no creerle, no involucrarse.

Romina Escobar, Paula Grinszpan y Luis Soda arman una tríada perfecta. Los tres cubren matices de interpretaciones poco recorridas. Es extraño ver en el cine argentino un producto que no se autoexplique todo el tiempo hasta el nivel del hartazgo. Por eso se agradece estas tres actuaciones que imprimen algo propio. Soda y Grinszpan dan vida a dos borders amorosos que dibujan figuras geométricas filosas en su accionar, van rígidos acompañando a su amiga en la tarea tan especial e interespacial. Destacable por demás la actuación de Escobar quien aporta la humanidad y dulzura que amalgama al grupo.

En una película que todo el tiempo parece servir una ejecución predecible, Loza se fuga de ello inclinándose por la poesía, el amor más fraternal, los sentimientos que no necesitan sobreexplicarse. Hay un banquete de sensaciones, sutiles, escenas de sabores raros que quizás choquen al paladar poco habituado. Pero vale la pena entrarle.

En un cine internacional que suele poner a personas cis a interpretar roles trans, es un gusto ver a Romina Escobar, una actriz trans, interpretar un rol trans. Y Escobar interpreta con la sinceridad justa de su persona/personaje a Tania, la protagonista que como en toda road movie recorrerá su historia hasta un desenlace evolutivo. Pero todo en un registro: muy Loza.

Mientras las películas “de amor” siempre nos hacen comer hasta el empacho romances estereotipados, acá el amor late en cada segundo de cinta y hace nido en la amistad más particular, más extraña, más extraterrestre.

 

Un cine que nos necesita. Un cine que vale.

No es novedad el momento terrible que vive el cine argentino. El desfinanciamiento, las salas que se llenan de títulos extranjeros de héroes y heroínas, todo juega en contra de las producciones y copros locales. Las estrenan y para cuando te diste cuenta ya la bajaron y a buscar si anda online o si en la calle alguno la vende trucha.

Ir al cine no solo es un placer sino también un acto de apoyo a una industria en peligro. Ir al cine es ayudar a que las películas sigan en cartel, que la industria no muera.

Películas como la de Loza (y Escobar y Grinszpan y Soda y tanta gente que estuvo y está en ella) ayuda a retomar ese ritual de ir a ver películas. Que no se corte.

Encontrá las salas y horarios de Breve historia del planeta verde en sus redes sociales.

Imperdible estos dos fragmentos radiales de charlas con Santiago Loza:

A los botes (FutuRock)
La autopista del sur (AM 750)

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