Necesitamos una revolución asexual

Gabriel Oviedo

Necesitamos una revolución asexual

Necesitamos una revolución sexual en la que tanto la decisión de tener relaciones sexuales como la de no tenerlas se respeten por igual en defensa de la autonomía corporal.

Necesitamos una revolución sexual en la que los medios de comunicación representen la virginidad ni como algo negativo ni positivo, sino más bien como un non-sequitur, donde la cantidad de parejas sexuales que uno ha tenido (si es que ha tenido alguna) no define el carácter de una persona.

Necesitamos una revolución sexual que represente a quienes renuncian al sexo, por cualquier motivo, como personas normales en lugar de bromas.

Necesitamos una revolución sexual que normalice las relaciones que no involucran sexo y entienda que son tan importantes como aquellas que sí lo involucran.

Necesitamos una revolución sexual que permita a todos rechazar el sexo por cualquier motivo, sin cuestionar ni engatusar.

Necesitamos una revolución sexual que diga que está bien quitarle prioridad al sexo.

Necesitamos una revolución sexual que valide que algunas personas viven vidas plenas y plenas sin sexo.

Necesitamos una revolución sexual que ponga fin al uso de la palabra “virgen” como un insulto, como si algo andara mal con las personas que (como yo) no experimentan atracción sexual y no desean nunca tener relaciones sexuales.

Ésa es la revolución sexual positiva que la sociedad necesita. Una revolución asexual puede proporcionar a la sociedad esas cosas, cambiando la sociedad para mejor.

Si el sexo sin amor puede existir, ¿por qué no puede existir el amor sin sexo?

Esta es la primera parte de una serie de cinco partes sobre la asexualidad en SentidoG en celebración de Ace Week. Vuelve todos los días a las 9 a. m. para conocer más sobre las personas asexuales.