Johannesburg Pride dedicó la marcha de este año a las personas LGBTQ+ que viven en Uganda, quienes enfrentan las leyes antigays más duras del mundo bajo el draconiano proyecto de ley contra la homosexualidad de Uganda.
El 34º Orgullo de Johannesburgo, que se estima contó con una multitud de 24.000 personas marchando por la igualdad, tuvo lugar en el estadio Wanderers de la ciudad sudafricana el sábado (28 de octubre).
El evento de este año estuvo dedicado a los ugandeses LGBTQ+ y a todos los africanos que “no pueden marchar por sí mismos”, tras la aprobación del vil proyecto de ley contra la homosexualidad de la nación de África Oriental.
Promulgada en mayo, la legislación arcaica duplica los ya severos castigos para las personas LGBTQ+ en Uganda –donde la actividad sexual entre personas del mismo sexo es ilegal– al dictar cadena perpetua para la actividad sexual entre personas del mismo sexo y la pena de muerte para la “homosexualidad agravada”.
El nuevo delito de “homosexualidad agravada” condena a muerte a personas por mantener relaciones sexuales con personas discapacitadas, seropositivas, con problemas de salud mental o mayores de 75 años, entre otras categorías.
Además de esto, las personas que “promuevan” o “normalicen” la homosexualidad se enfrentan a hasta 20 años de prisión.
“Estamos muy lejos de crear una sociedad inclusiva donde los niños, los jóvenes y los adultos sean totalmente aceptados por su identidad auténtica”, dijo la organizadora del Orgullo de Johannesburgo, Kaye Ally, al locutor de radio Bongani Bingwa.
Y continuó: “Al final del día, el Orgullo es muy relevante si nos fijamos en lo que está sucediendo no sólo en Sudáfrica sino en África. El sentimiento de que ser gay no es africano está en su apogeo.
“En particular, marchamos por Uganda”.
Mandela Swali, un gay ugandés de 25 años, encabezó el desfile, después de estar sólo un mes en Sudáfrica.
Swali, que lució purpurina y la bandera de Uganda, dijo que huyó del país después de ser arrestado por tener relaciones sexuales con su novio. “Este es el espacio y esta es la familia que merezco tener ahora. Me siento como en casa”, dijo.