Gabriel Oviedo

Tres implicaciones de la prohibición de libros y el poder de la literatura diversa

Según la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, el número de libros cuestionados se disparó de 156 en 2020 a 2571 en 2022. Esta preocupante tendencia se ha centrado principalmente en apuntar a libros relacionados con la diversidad, la inclusión y la igualdad LGBTQ+. Si se permite que continúe sin control, la prohibición de libros podría perjudicar a las minorías vulnerables y dificultar el acceso de las personas a material educativo valioso.

Prohibición de libros en escuelas y bibliotecas: ¿por qué ahora?

Por su capacidad para expresar nuevas ideas y discutir información, los libros siempre han sido controvertidos. Incluso libros medievales como Los cuentos de Canterbury han sido prohibidos por obscenidad, y también era bastante común que los gobiernos autocráticos prohibieran libros que los criticaran. Este tipo de prohibiciones disminuyeron gradualmente a medida que más y más naciones comenzaron a priorizar la libertad de expresión.

Sin embargo, a partir de finales de la década de 2010, se desarrolló una nueva retórica en torno a la prohibición de libros. La mayoría de las prohibiciones de libros modernas no se refieren a si un libro critica o no la nueva ley de un rey. En cambio, existe una creciente preocupación de que los niños puedan sacar libros prestados en escuelas y bibliotecas que puedan contener el llamado “contenido para adultos”. Aunque los defensores de la libertad de expresión han protestado enérgicamente contra estas prohibiciones, otros grupos están planeando proyectos que podrían eliminar libros de bibliotecas y escuelas en todo el país.

Por qué no se deberían prohibir los libros

A primera vista, la prohibición de libros podría parecer nada más que el último pánico moral. Sin embargo, la realidad es que este tema es más que un simple tema de conversación llamativo para los expertos conservadores. Podría tener impactos reales y duraderos en nuestra sociedad.

Impacto educativo

Las clasificaciones internacionales revelan que los estudiantes estadounidenses ya se están quedando atrás de los estudiantes internacionales, y la prohibición de libros sólo empeorará la situación. Algunos de los desafíos de libros más frecuentes incluyen literatura canónica como Las uvas de ira por John Steinbeck y El gran Gatsby por F. Scott Fitzgerald. Sin acceso a los clásicos de la literatura, los estudiantes de secundaria no están preparados para la universidad y los jóvenes luchan por utilizar sus habilidades de pensamiento crítico para discutir incluso temas marginalmente controvertidos.

Además, la última ronda de prohibiciones de libros se ha dirigido a mucho más que unos pocos libros que se enseñan en las clases de inglés. Los libros que tratan sobre el Holocausto, la esclavitud y otros momentos sombríos de la historia de la humanidad están siendo cuestionados y reemplazados por textos inexactos. Los libros prohibidos en las escuelas pueden causar enormes brechas en la educación de los estudiantes y dejarlos incapaces de reconocer hechos básicos sobre el mundo real.

Consecuencias sociales

Las listas de los libros más cuestionados del país a menudo abordan temas como descubrir la propia sexualidad o lidiar con la desigualdad racial. Aunque estos puedan parecer temas “para adultos”, la realidad es que muchos adolescentes lidian con estos temas. Prohibir este tipo de libros perjudica a estas minorías vulnerables y les dificulta obtener información precisa o simplemente leer libros que representen sus experiencias vividas.

Prohibir este tipo de libros también perjudica al resto de la sociedad. Impide que las personas accedan a diversos conceptos y aprendan desde puntos de vista diferentes a los suyos. Esto hace que sea más difícil para los diferentes grupos comprenderse y empatizar entre sí, y también dificulta que las personas desarrollen nuevas ideas y comprendan nuevos conceptos.

Efectos sobre los autores

La creciente censura en las escuelas también ha tenido un efecto asfixiante para muchos autores. En lugar de centrarse en escribir un buen libro, los autores ahora tienen que preocuparse por cosas como: “¿Esta frase hará que mi libro sea retirado de todas las bibliotecas públicas?” Una fuerte censura nunca es buena para los autores. En el mejor de los casos, eliminar los libros reduce su audiencia y les dificulta ganarse la vida. En el peor de los casos, la censura constante puede disuadir por completo a la gente de escribir.

Los autores de libros prohibidos han descrito situaciones estresantes, como personas que amenazan con hacer daño a sus hijos y envían material obsceno a sus lugares de trabajo. Para muchos autores, la prohibición de libros se ha convertido en una forma de que sus críticos les pongan un blanco en la espalda. Con sólo unos pocos desafíos de libros muy publicitados, un autor previamente desconocido puede verse atacado por cientos de oponentes rabiosos y enojados.

Alternativas a la prohibición de libros

Una adolescente negra mira libros en su biblioteca local.
Shutterstock

En última instancia, no se debería obligar a todos los niños del país a seguir los estándares de lectura de unos pocos padres selectos, las discusiones sobre el racismo no son un ataque automático contra los blancos y la mera existencia de personas LGBTQ+ no debería considerarse pornográfica. Sin embargo, también es cierto que ciertos temas pueden no ser adecuados para ciertos niños pequeños. La solución a este problema requiere que la gente aborde el tema con la mente abierta y evite la indignación altamente politizada.

Algunas posibles soluciones para libros controvertidos incluyen agregar advertencias de contenido, exigir el permiso de los padres para ciertos títulos o crear versiones aptas para niños para lectores más jóvenes.

Fomentar la inclusión en la literatura

Aunque toda la tan publicitada prohibición de libros puede hacer que el futuro parezca sombrío, la realidad es que todavía hay muchas personas comprometidas con la diversidad, la libertad de expresión y el pensamiento creativo.

La mayoría de las prohibiciones de libros son promulgadas por una minoría vocal y serían muy fáciles de revocar con unas pocas personas comprometidas. La única manera de cambiar las cosas es que la gente realmente se pronuncie a favor de libros diversos y desafíe los intentos de prohibirlos.

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