Chappell Roan, la estrella pop que ascendió a las más altas alturas del estrellato este verano, no está dispuesto a aceptar las invasiones de privacidad que frecuentemente vienen de la mano con la fama.
Después de lanzar un EP en 2017 y su álbum debut, El ascenso y la caída de una princesa del Medio OesteEn septiembre de 2023, Roan saltó a la fama este año después de abrir el Guts World Tour de Olivia Rodrigo y lanzar un nuevo sencillo, “Good Luck, Babe!” en abril.
Pero la joven de 26 años, cuyo verdadero nombre es Kayleigh Rose Amstutz, ha sido abierta sobre las dificultades que ha tenido con su nueva fama y la atención que recibe de los fans. Ha descrito su alter ego “Chappell Roan” como un “proyecto drag” y ha explicado que pensar en su carrera en esos términos la ha ayudado a separar su vida personal de su trabajo. Ya en mayo de 2023, describió haber tenido ataques de pánico entre los encuentros con los fans durante la gira.
“La gente me decía cosas muy duras”, contó. Glamour“Vivimos en un mundo muy interesante, en el que todo el mundo quiere ver quién eres realmente en las redes sociales. Lo que la gente quiere es ver tu personalidad y conectar contigo, pero existe la ilusión de que te conocen y que pueden decirte cualquier cosa. Y es como, no, no quiero escuchar el trauma porque tengo que procesarlo y luego presentar un espectáculo como si no hubiera escuchado todo eso”.
Más recientemente, ha salido con una defensa mucho más contundente de su propia privacidad. En un video de TikTok del 19 de agosto, comparó a los fans que se acercan a ella cuando está fuera de servicio con alguien que se acerca a una mujer al azar en la calle y le exige su tiempo y atención.
“Si vieras a una mujer desconocida en la calle, ¿le gritarías desde la ventanilla del coche? ¿La acosarías en público?”, preguntó Roan. “¿Te ofenderías si te dijera que no quieres pasar tiempo contigo porque ella tiene su propio tiempo?”.
En otro clip, rechazó la idea de que debería aceptar que los fans se sientan con derecho a su tiempo simplemente porque se considera “normal” y el precio del éxito. “No me importa una mierda si creen que es egoísta de mi parte decir que no a una foto o a su tiempo o a un abrazo”, dijo. “Eso no es normal, es raro. Es raro cómo la gente piensa que conoces a una persona solo porque la ves en línea y escuchas el arte que hace”.
“Tengo derecho a decir no a cualquier comportamiento espeluznante”, añadió.
Días después, Roan publicó una publicación de siete diapositivas en Instagram que explicaba con más detalle su posición.
“He estado en demasiadas interacciones físicas y sociales no consensuadas y solo necesito dejarlo en claro y recordarles que las mujeres no les deben nada”, escribió, y señaló en el epígrafe de la publicación que había desactivado los comentarios porque “esta no es una conversación grupal” y que “no le temen a las consecuencias de exigir respeto”.
“Elegí esta carrera porque amo la música y el arte y honrar a mi niña interior”, escribió. “No acepto acoso de ningún tipo por haber elegido este camino, ni lo merezco”.
“Cuando estoy en el escenario, cuando actúo, cuando me visto de mujer, cuando estoy en un evento de trabajo, cuando estoy haciendo una entrevista de prensa… estoy en el trabajo. En cualquier otra circunstancia, no estoy en modo trabajo. Estoy fuera de mi trabajo”, continuó. “No estoy de acuerdo con la idea de que debo un intercambio mutuo de energía, tiempo o atención a personas que no conozco, en las que no confío o que me dan escalofríos, solo porque están expresando admiración. Las mujeres no te deben una razón por la que no quieren que las toquen o les hablen”.
“Esto no tiene nada que ver con la gratitud y el amor que siento por mi comunidad, por las personas que respetan mis límites y por el amor que siento por cada persona que me apoya y se ha quedado conmigo para ayudar a que el proyecto llegue a donde está ahora”, añadió Roan, que se ha convertido rápidamente en una especie de icono LGBTQ+. “Me refiero específicamente a la conducta depredadora (disfrazada de comportamiento de ‘superfan’) que se ha normalizado debido a la forma en que se ha tratado en el pasado a las mujeres conocidas”.
Roan escribió que acepta el éxito y está agradecida por el giro que ha tomado su carrera este año, pero luego pidió a sus seguidores que dejen de tocarla, de acosar a su familia y de llamarla Kayleigh.
“Hay una parte de mí que guardo sólo para mi proyecto y para todos ustedes”, concluyó. “Hay una parte de mí que es sólo para mí y no quiero que me la quiten”.
La declaración de Roan ha sido polarizadora. PizarraCat Cardenas señaló que muchos fanáticos en las redes sociales han expresado su simpatía, mientras que otros han dicho que “ella realmente no está hecha para ser una chica pop”.
La respuesta de los medios de comunicación también ha sido variada, con Cárdenas criticando los extremos de la cultura del “stan” construida alrededor del acceso sin precedentes a las celebridades a través de las redes sociales. Afuera calificó la declaración de Roan como “un reinicio cultural que se debía haber hecho hace tiempo para los fanáticos de la música pop” y Moda se puso del lado de la estrella del pop al comparar a los súper fanáticos contemporáneos con cámaras de teléfonos inteligentes con los paparazzi depredadores de los años 90 y principios de los 2000.
En el otro extremo del espectro, un 29 de agosto Correo diario El titular gritaba: “Los arrebatos de mala boca de Chappell Roan hacia los fanáticos que le dan la fama rápida que anhela demuestran que YA es una diva malcriada con una actitud fea”, lo que demostraba el punto de Roan y sus seguidores.
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