En apenas una semana, el nuevo Congreso estará en sesión y la primera orden del día de la Cámara será elegir un Presidente. Las primeras señales apuntan a un camino difícil para Mike Johnson para conservar el puesto. Gracias a una mayoría republicana aún más estrecha que la del Congreso pasado, sólo dos deserciones de las filas del Partido Republicano significan el fin de su presidencia.
Johnson, cuya carrera se inició en el grupo legal anti-LGBTQ Alliance Defending Freedom, ganó el puesto en octubre de 2023 después de que un pequeño grupo de republicanos de extrema derecha se volviera contra el entonces presidente Kevin McCarthy. En una señal del desorden dentro de las filas del Partido Republicano, Johnson tuvo éxito sólo después de que otros tres candidatos fracasaron.
Si bien Johnson pudo haber sido el candidato de compromiso entonces, ahora tiene un historial que muchos miembros del ultraconservador Freedom Caucus desprecian. Casi desde el comienzo de su mandato, ha sido objeto de duras críticas por parte de su derecha y ha sido amenazado con perder la presidencia. Su principal pecado, a los ojos de sus críticos, ha sido trabajar con los demócratas en una serie de proyectos de ley, incluidos aquellos para evitar el cierre del gobierno.
Si bien esas amenazas nunca han dado resultado, esta vez se necesitan sólo dos votos en su contra para poner fin al mandato de Johnson. Los republicanos tendrán una mayoría de 219 a 215, y varios republicanos ya han insinuado que están dispuestos a seguir adelante. El representante Thomas Massie ya ha dicho que es un firme no, pero al menos otros cuatro republicanos han hecho declaraciones que sugieren que Johnson no tiene su voto, al menos todavía.
Lo más siniestro fue que el representante Andy Harris, presidente del Caucus por la Libertad de la Cámara de Representantes, enfrentó la agenda de Johnson con la del presidente electo Trump. “Necesitamos considerar si, si queremos avanzar en la agenda del señor Trump, si el liderazgo actual es lo que necesitamos”, dijo.
Según se informa, los republicanos de la Cámara de Representantes también han estado hablando mal de Johnson ante Trump. El propio Trump ha elogiado tibiamente a Johnson, diciendo que Johnson seguirá siendo presidente si actúa “con decisión y dureza”. Sin embargo, según se informa, Trump está furioso con Johnson por no haber podido lograr que se aprobara la derogación del límite del techo de deuda la semana pasada. Esa fue una solicitud de último minuto de Trump que tomó a todos por sorpresa, incluido Johnson.
Si Johnson se va, no está claro quién lo sucederá. Si lo hace, habrá dejado una huella duradera como orador al elevar su particular estilo de cristianismo anti-LGBTQ, incluida la prohibición de que las personas trans usen baños en el Capitolio que correspondan con sus identidades de género.
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