¡Nueva producción de Oliver en el West End! es un triunfo absoluto – reseña

Pedro Perez

¡Nueva producción de Oliver en el West End! es un triunfo absoluto – reseña

¿Por dónde empezar con un espectáculo como este? ¡Oliver! es uno de los musicales más famosos jamás escritos. La historia original de Charles Dickens nos brindó innumerables personajes memorables, desde el titular Oliver Twist hasta personajes como The Artful Dodger y Fagin, mientras que el musical de Lionel Bart llevó la historia al escenario con canciones como Comida, comida gloriosa, Haría cualquier cosa y Oom-Pah-Pah que ahora son elementos básicos del teatro musical. Muchos de nosotros habremos crecido viendo la película de 1968, aunque ha pasado bastante tiempo desde que la producción musical teatral original de 1960 fue revivida en Londres.

Sin duda la larga espera ha merecido la pena. El director y coreógrafo Matthew Bourne ha unido fuerzas con el productor Cameron Mackintosh para esta exitosa reposición, y qué espectáculo es: esta es una producción llena de momentos gloriosos y espectaculares que llegan de manera espesa y rápida.

Desde el momento en que nuestro protagonista llega a Londres y se encuentra con The Artful Dodger, parte de la pandilla de menores de edad que acoge a Oliver, nos invitan a disfrutar de una serie de canciones y bailes muy divertidos. Es un espectáculo pesado, que dura más de dos horas y media, pero hay tantos momentos destacados que nunca parece que se extienda más de lo esperado.

El reparto es absolutamente fantástico: cuatro jóvenes actores comparten el papel de Oliver y en la noche de prensa teníamos a Cian Eagle-Service (a quien habíamos visto anteriormente en las brujas en el Teatro Nacional, donde también deslumbró y deleitó).

Es una pieza de conjunto con interpretaciones universalmente sólidas: Billy Jenkins es genial como el descarado y alegre The Artful Dodger, liderando una coreografía magnífica; Shanay Holmes es excelente como Nancy y ofrece una maravillosa Mientras él me necesite; Aaron Sidwell es realmente aterrador como el villano Bill Sykes; y Simon Lipkin ofrece un Fagin tremendamente carismático, con una excelente comedia física y una sincronización cómica experta.

Este es un magnífico resurgimiento de ¡Oliver! – no rehuye los momentos más oscuros de la historia, y un puñado de escenas son realmente conmovedoras, mientras que los temas clave de clase y desigualdad social encajan bien. Hay un matiz real en estas actuaciones, que muestran una profundidad de carácter rara vez vista en grandes musicales, en los que todo canta y baila. Todo ello da como resultado una de las obras de teatro más impresionantes que hemos visto en mucho, mucho tiempo. Un triunfo absoluto.

¡SentidoG le da a Oliver! – 5/5

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