Mientras que algunas marcas de viajes gay se centran en piscinas y remezclas pop, Toto Tours lleva 35 años creando un tipo diferente de escapada. Fundada en 1990, la empresa con sede en Chicago lleva mucho tiempo atendiendo a viajeros LGBTQ+ que buscan algo más que quemaduras solares y fiestas en circuitos.
Bajo los nuevos propietarios Dan Perry y Michael Serapiglia, Toto Tours continúa su misión: aventuras para grupos pequeños, no más de 25 invitados, basadas en la conexión cultural y la seguridad. Sus itinerarios llegan a destinos que muchos viajeros queer alguna vez evitaron por completo, desde Marruecos hasta Egipto y Colombia.
Un legado de exploración segura
Cuando Toto Tours comenzó, la idea de que un grupo de viajes abiertamente gay visitara lugares donde la homosexualidad era tabú parecía radical. El fundador Dan Ware imaginó algo más que turismo: construyó una comunidad que viajó por el mundo juntos con orgullo y discreción.
Esa filosofía sigue siendo la base del éxito de Toto. “La seguridad no es una ventaja; es la base”, enfatizan Perry y Serapiglia. Sus recorridos equilibran la aventura con la conciencia, combinando experiencias guiadas con libertad personal.
En lugar de itinerarios llenos de fiestas, los huéspedes pueden esperar meditaciones al amanecer en la India, visitas a templos en Nepal o cenas tranquilas con lugareños en pequeños pueblos. El enfoque de Toto es reflexivo, deliberado y refrescantemente pausado.
Del “brunch sin fondo” al descubrimiento sin límites
En un mar de megacruceros como Atlantis y VACAYA, Toto destaca precisamente porque no intenta competir. No hay pulseras, ni DJ rotativos, ni un horario diario que comience con “sin fondo”.
Piense en los monjes queer de Marruecos en lugar de en las pistas de baile de Mykonos. La versión de escapismo de Toto consiste en encontrar alegría tranquila, curiosidad compartida y belleza inesperada en rincones lejanos del mundo.
Toto Tours en Borneo 2015. Foto: Toto Tours Una comunidad que viaja junta
A lo largo de décadas, Toto Tours ha cultivado seguidores leales de viajeros LGBTQ+ que regresan año tras año. Muchos se unen para volver a conectarse con amigos que conocieron en viajes anteriores o para compartir la experiencia con la familia elegida.
Su nombre, derivado de la palabra latina que significa “todo incluido”, captura el espíritu de su misión. El arco iris tejido a través del logotipo de Toto simboliza la conexión global: uniendo personas, lugares y perspectivas.
Mantener vivo el espíritu
Incluso durante la pandemia, Toto alentó a los viajeros a explorar el interior mientras esperaban que se reabrieran las fronteras. Ese mensaje de resiliencia, lo que la empresa llama el “Espíritu Toto”, todavía guía su filosofía en la actualidad.
Ahora, con una nueva generación de liderazgo, Toto Tours continúa recordando a los viajeros LGBTQ+ que la alegría queer no siempre necesita una pista de baile. A veces, sólo hace falta un pasaporte.
Fuente



